Survival con sectas ultrareligiosas de por medio, que está dirigida y escrita por el responsable de títulos como Dogma (1999), o Tusk (2014), y protagonizada por Michael Parks (Kill Bill. Volumen 1, 2003), y John Goodman (Calle Cloverfield 10, 2016).

Las hormonas pueden ser muy traicioneras. Y si no, que se lo digan a los adolescentes que, atraídos por un anuncio que promete sexo en grupo con una mujer, caen en la trampa de un grupo de fanáticos religiosos dispuestos a erradicar con métodos extremos la libido de la juventud norteamericana. Historia inspirada en la figura real de Fred Phelps, el líder de un grupo religioso extremista que se hacía llamar la Iglesia Bautista Westboro.

Aunque no es la mejor película del director, si que tiene algunas características de las más queridas de su filmografía, como una comedia negra irreverente que divierte a la par que critica algunos aspectos patentes en la sociedad, y ese tono tan bizarro que tiene la película, que provoca, por otro lado que la propuesta no le llegue a todo el mundo. Durante el primer acto de la película, predomina un terror, llevado de forma irregular, pero efectivo de todos modos, para posteriormente, a partir de un punto notorio, transformarse por completo en un híbrido de acción, y una survival movie, quedándose a medio camino de los dos géneros, y haciendo que se pierda el interés del espectador sin llegar a disgustar.

Red State presenta una propuesta típica pero planteada de una forma sarcástica que resulta interesante, para posteriormente desinflarse en gran parte para quedar como una película entretenida y olvidable con poco destacable que la salve de la mediocridad.

Nota personal 6/10