La película convence desde el principio, tienes la sensación de estar en otra sala de cine viendo una película completamente distinta a la que fuiste a ver. Con el paso de las escenas, con Bradley Cooper dando su mejor versión y con la inimitable Cate Blanchett todo mejora y te envuelve en ese oscuro y poderoso mundo que finalmente te embiste, sin saber realmente si es una obra maestra u otra película más. Lo que sí que es indiscutible, es que Guillermo del Toro se luce y aplica su esencia con una estética deslumbrante atrapando todas las miradas.