Mi mujer y yo tenemos hace años la costumbre que ya es ley, de gozar del tiempo extra después de ver una película, sobre todo cuando la vemos en el cine. En esa prórroga, para apurar los últimos céntimos de lo pagado por la entrada, llegamos a casa, y puntuamos la película vista , siempre en esta página. Previa charla, claro, respecto de lo que acabamos de ver. Normalmente, media hora después, la nota está puesta.

Ayer, corrimos al estreno de Mother en mi ciudad. No habíamos leído nada, pero nada, alrededor de esta película. Bueno, sí, sabíamos el nombre del director. En el caso de este hombre, ya es un prejuicio a la hora de ir al cine, lo cual dicta mucho en su favor. Por primera vez en años, no fuimos capaces de puntuar la película. Yo, la verdad, oscilaba entre ponerla un 1 o ponerla un 9. Mi señora, tan canutas las pasó en el cine, que casi no era capaz ni de pronunciarse.

Sólo sé que estuvimos un par de horas leyendo cosas respecto de la película. Ignorantes, aficionados al cine de medio pelo seguramente. En las siguientes 24 horas, no he podido olvidarme de ella, cosa que pocas veces me ha pasado ( recuerdo Apocalipse Now en su primer estreno, me pasó lo mismo ). 24 horas después, la he puntuado con un ocho. Porqué ?

Por la forma en que está rodada. Ningún paisaje, ninguna fotografía de exteriores que la pueda dar brillantez.
Ningún nombre propio, entre los personajes que aparecen. Recuerdo la gigantesca pantalla del cine al que fuimos, completamente llena con media cara de la protagonista. Ninguna pista de lo que hay alrededor. Todo para el espectador, que apenas posa el culo en el asiento, tratando por un lado de prevenir el siguiente susto, por otra parte intentando descifrar el significado de lo que está viendo. La iluminación de las escenas interiores, en la oscuridad, hecha casi de velas y pequeñas lámparas pone esa sensación de inquietud al cuadrado. Resultado: no puedes despegar los ojos de la pantalla. El primer objetivo de toda película, conseguido.

Por los,actores. Ella, bellísima, entregada, llenando cada fotógrama de intensidad. El, con el cuajo, la presencia, y el carácter para mantenerse a flote frente a una actriz, para mi gusto, única. La pareja invitada, perfecta. Todos absolutamente involucrados con su director hasta el final.

Como no hay un argumento racional para contar, no cuento más. Es toda una experiencia, algo distinto de lo visto hasta ahora. Aunque algunos la odiaréis, no os la debéis perder. Luego, 24 horas después, podréis puntuarla, seguramente para equivocaros.