Con algunas películas cuando tienes la santa paciencia de soportarlas te invade la inevitable sensación de que te han tomado el pelo, puede ser que incluso descaradamente, claro que cuando lees algunas críticas o te enteras de los premios que le han concedido, se te queda además cara de tonto. Lo segundo la experiencia ya me ha ayudado a superarlo sin mayores traumas, lo primero sí que me repatea, ya que mi tiempo es mío, si lo quiero perder porque lo decido yo de forma consciente, vale, pero si son los demás los que deciden por mí, pues francamente me cabrea.
Gigante es un tostón de mucho cuidado, lo único bueno que le encuentro es su moderado metraje, a pesar de lo cual se me hizo eterna. En los primeros setenta y cinco minutos no sucede absolutamente nada que tenga el más mínimo interés, luego al protagonista le invade un ataque de ira, se torna un poco violento y durante un par de minutos hay algo de acción, pero de nuevo y sin tardanza retorna al tedio inicial.
Perfil sicológico de los personajes, estudio del comportamiento humano, retrato de una sociedad insolidaria, capitalista y consumista, inadaptación, etc. etc. Nada de nada, no me dejo engañar por eso, coñazo de primera magnitud, la idea que yo tengo del cine es muy diferente, hay películas que las ves tendenciosas, manipuladoras, sensibleras, pero que al menos algo entretienen, esta cinta es tan contraria al cine que rompe incluso esa primera y fundamental regla y se sitúa a años luz del entretenimiento, diría yo que más bien aburre soberanamente.