Haz click aquí para copiar la URL
España España · Barcelona
Voto de Rómulo:
8
Drama. Fantástico. Terror Una remota y misteriosa isla de Nueva Inglaterra en la década de 1890. El veterano farero Thomas Wake (Willem Dafoe) y su joven ayudante Ephraim Winslow (Robert Pattinson) deberán convivir durante cuatro semanas. Su objetivo será mantener el faro en buenas condiciones hasta que llegue el relevo que les permita volver a tierra. Pero las cosas se complicarán cuando surjan conflictos por jerarquías de poder entre ambos. (FILMAFFINITY)
27 de febrero de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El faro - The Lighthouse

El desbordamiento de las pasiones y sus desgarradoras consecuencias aparecen casi siempre allí donde las riberas presentan la encrespada fortaleza de los riscos y las aguas bajan turbulentas. Han transcurrido varios días y aún permanezco profundamente estremecido después de ver “El faro”, segundo largometraje del director estadounidense Robert Eggers quien debutó hace tres años con la turbadora y diabólica “La bruja”, película que este cronista reseñó aquí en su momento.
Desde aquella su ópera prima, Eggers regresa mejor pertrechado, armado de un bisturí más afilado y punzante capaz de alcanzar y remover las vísceras más recónditas de los sentimientos y las emociones. En los estertores del s. XIX, dos personajes, por mor de su trabajo, quedan durante un mes confinados en la siniestra soledad de un faro en las costas de Maine, Nueva Inglaterra. Durante casi dos horas la única música que escucharemos será el impetuoso azote de las olas rompiendo sobre las rocas, el continuo silbido del viento perforándote los oídos y la lluvia amenazante golpeando furiosa los muros, puertas y ventanas del claustrofóbico recinto en el que nuestros dos voluntarios cautivos irán avivando las llamas en las que habrán de consumirse lenta e inexorablemente.
Un blanco y negro casi espectral en el que la luz omnipresente del faro y los aterradoras destellos de un relámpago tras otro contrastan con la sombría morada, fría, húmeda y desoladora, que cobija a nuestros protagonistas. Un inconmesurable Wille Defoe -actor consagrado, de culto para este cronista, y que no necesita presentación- encarna a Thomas Wake, áspero, dominante, curtido en mil batallas, un viejo lobo de mar al que el alcohol, como un inseparable y fiel amante, acompaña en sus largas jornadas de insufrible clausura. Su compañero de aislamiento, el londinense Robert Pattison -famoso por sus intervenciones en la extenuante saga de “Harry Potter” y posteriormente en la de “Crepúsculo”, adorado por millones de jóvenes fans da vida a Ephraim Winslow, bisoño, inexperto y obediente discípulo a las órdenes de su jefe Thomas, cuya tiranía despertará sus peores y más feroces instintos.
Un buen director es aquel que no sólo muestra una personalidad y estilo propios sino que es capaz de enriquecer el mejor de los guiones. Y eso es exactamente lo que ha hecho Eggers en sus dos primeras realizaciones. Y nada me alegraría más, mis improbables lectores, que ser testigo presencial de su próxima película.

Emilio Castello Barreneche
Rómulo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow