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España España · Barcelona
Voto de Rómulo:
7
Drama En una inmensa pradera, al este de Francia, se reúne un grupo de amantes del estilo de vida country del lejano oeste americano. Alain baila con su hija Kelly, de 16 años, mientras su esposa y Kid, su hijo pequeño, los miran. Ese mismo día Kelly desaparece, y Alain la busca desesperadamente, recorriendo lugares siniestros e inquietantes. Sólo cuenta con la ayuda de Kid, dispuestos ambos a entregarse en cuerpo y alma a una misión que ... [+]
6 de julio de 2016
12 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mi hija, mi hermana

Durante 114 minutos de metraje, hipnóticamente inmovilizado, literalmente amarrado al respaldo de mi butaca, vi esta estremecedora opera prima que firma como guionista y director el francés Thomas Bidegain. Porque "Mi hija, mi hermana" ("Les cowboys" en el original) -hasta hoy me ha sido imposible desentrañar quién o quiénes forman esa pandilla de irresponsables majaderos encargados de endosar estrafalarios títulos en español a las películas extranjeras-, es una auténtico mandoble, un doloroso golpe al hígado dirigido a nuestras adormecidas y bienpensantes conciencias occidentales.
Si sabemos que Bidegain ha sido tradicionalmente el guionista del excelente Jacques Audiard en maravillas como "Un profeta", "De óxido y hueso" o " Dheepan" entenderemos mejor el escalofriante y punzante acierto que supone su trabajo. El sorprendente manejo de la elipsis es más que loable y contribuye en gran medida a oxigenar el relato resolviendo de paso de forma eficiente algunas de las dificultades que este exigente guion presentaba.
El huevo de la serpiente se incuba en nuestro propio hogar, ante nuestra distraída y en ocasiones ausente mirada, en los recintos herméticamente blindados a cal y canto que son las habitaciones de nuestros adolescentes, para luego fertilizar en los imbrincados, caóticos y lejanos laberintos donde ya, desgraciadamente tarde, todo está perdido y no nos es posible penetrar.
A ningún espectador, por muy bisoño que sea, le pasará desapercibido el paralelismo existente -no es un plagio sino una genialidad- del guion de Bidegain con el de Ford en "Centauros del desierto" (The Searchers) -otro penoso ejemplo, esto viene de lejos, de tan imaginativos tituladores-, tal vez como un guiño de admiración y reconocimiento al maestro y al que fue, probablemente, su mejor western.
Aquí el tío Ethan se convierte en un convincente Alain (François Damiens) tan impulsivo, obstinado y atormentado como el personaje de Ford y los comanches en escurridizos hiyadistas dueños indiscutibles del territorio que pisan.
La música es poderosa, contundente y empleada con tino en cada escena mientras que, en ocasiones y prudentemente dosificado, el envolvente "Vals de Tennessee" masajea nuestros sentidos para hacernos olvidar por unos instantes el pavoroso drama que nos rodea y la espantosa amenaza que supone una realidad que se ha venido cociendo pacientemente y a fuego lento en las acogedoras parcelas de nuestros patios vecinos.

Emilio Castelló Barreneche
Rómulo
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