Es indiscutible que esta película es muy diferente a esa obra maestra que se hace llamar Old Boy. Aquí, a excepción de la temática vengativa, de la forma de dirigir y de la violencia, todo es bastante distinto.

Pronto te das cuenta de que no estás ante una película de acción. Estás ante una historia muy cruda, algo compleja y de un ritmo mucho más pausado. Muchísimo silencio. La verdad es que hubiese preferido algo más de ritmo, no más violencia, ni peleas, sólo ritmo. Darle más intensidad a la narración. Cabe señalar que la historia se cuenta de forma poco específica, el espectador debe de estar atento y sacar sus propias conclusiones sobre ciertos temas que no tienen una explicación concreta.

Como no podía ser de otra forma, la dirección es perfecta, con unos planos excelentes; algunos impresionantes, y otros novedosos. Existen algunos momentos de una lucidez tremenda, pero otros de una parsimonia excesiva. La violencia no es problema, la hay de sobra (especialmente durante los últimos veinte minutos), realista, sin piedad hacia los espectadores ni hacia los personajes.

Se echa de menos una banda sonora, elemento que era un punto muy fuerte en Old Boy, aquí se echa de menos.
Se deja abierto un espacio para la reflexión sobre la venganza, esa locura a veces incomprensible que todos los seres humanos tienen por necesidad.

En resumen... Algo muy diferente a Old Boy, narrado con lentitud y sin ninguna escena de acción. Quizá la historia hubiese atrapado más de haberse contado con más ritmo, que no será por giros inesperados o muertes de personajes.
Sympathy for Mr. Vengeance es una película que debería de verse, por su fantástica dirección, su independencia, por el hecho de ser algo diferente y bien hecho. A algunos les encantará, a otros les decepcionará.