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Estados Unidos Estados Unidos · 544 Camp Street. New Orleans
Voto de Jinete nocturno:
7
Ciencia ficción. Fantástico. Acción. Bélico Todo lo que tiene un comienzo tiene un final. La guerra estalla en la superficie de la tierra mientras las máquinas invaden Zion. Allí donde Reloaded significaba vida, Revolutions apunta a la muerte... (FILMAFFINITY)
28 de agosto de 2009
9 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Puede que ésta no sea la más redonda de la trilogía. Y puede que no se la pueda comparar en frescura y originalidad al primer Matrix o que los efectos especiales no sean tan espectaculares -y pretenciosos, pasados de vueltas y vanos- como los de “Matrix Reloaded”. Pero, de todas las Matrix, está es sin duda la más interesante, la que tiene más chicha; la más venenosa e hija de puta; la más subversiva, radical, “corruptora” y “degenerada”. La única realmente relevante y digna.

Y diré más: una vez que los Wachowski se desnudaron en “V de Vendetta” y nos mostraron hasta qué punto están lejos de comulgar con “establecido” y lo “políticamente correcto”y su vocación anarquista y subversiva, casi me atrevería a decir que las otras dos Matrix no han sido más un rodeo para llegar hasta aquí, a lo que realmente querían contarnos o, mejor dicho, colarnos; su forma de llevarnos al huerto.

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Porque aquí hay mucha, mucha miga… Y muy mala baba.

Y es que no todos los días se encuentra uno en un cine con un intento de hacer saltar por los aires los cimientos de nuestra civilización, aquello que explica toda nuestra escala de valores y nuestra moral: el “libre albedrio”. Porque, supongo que nunca lo habíais pensado –quizás con un par de cubatas de más en el cuerpo-, pero esa tontería de nada, la noción de que “los hombres son libres y que son sus actos los que determinan finalmente su destino” - idea que sólo existe en el judeocristianismo: los musulmanes, por ejemplo, tienen una idea mucho más fatalista de la existencia- es la que sostiene todo el cristianismo y, por añadidura, nuestra concepción del mundo. Sólo hay que pensar que sin “libre albedrio” no puede haber culpa ni pecado, y sin pecado Jesucristo y su sacrificio resultan inútiles… Y por supuesto el cielo y el infierno, o la otra vida a secas, pierden su sentido… A partir de ahí, invito a cada cual a que vaya haciéndose pajas mentales sobre hasta qué punto todo se va a la mierda…

Y esto los Wachowski lo saben muy bien, demasiado bien…

¿Y qué hacen? Lo subvierten completamente: abrazan la concepción Clásica de la inexorabilidad del Destino y de que todos nuestros actos están predestinados; de que somos sólo simples marionetas, eslabones en cadenas que de acontecimientos ya prefijadas que se retrotraen al origen mismo del tiempo. Y por supuesto, al hacer esto destruyen el concepto de culpa y hacen completamente relativos y provisionales el Bien y del Mal.

Casi nada…

Y para ello, con ese fin, el de vendernos su moto –y con un par-, nos narran su “Antievangelio” (eso es Matrix, Señores): convierten a Neo en su nuevo Jesucristo –sólo hay que fijarse en su evidente crucifixión y su papel de "El Elegido-. Un Jesucristo que, por supuesto, no ha venido para salvar a la humanidad, sino sólo para hacer que se materialice lo inevitable, lo ya predestinado.

Acojonante, ¿verdad?

Reconocedlo, ¿a que nunca pensasteis que el cine de palomitas pudiera dar tanto de sí?
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Jinete nocturno
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