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España España · Madrid
Voto de Pedro:
9
Comedia Años 50. Villar del Río es un pequeño y tranquilo pueblo en el que nunca pasa nada. Sin embargo, el mismo día en que llegan la cantante folclórica Carmen Vargas y su representante, el alcalde (Pepe Isbert) recibe la noticia de la inminente visita de un comité del Plan Marshall (proyecto económico americano para la reconstrucción de Europa). La novedad provoca un gran revuelo entre la gente, que se dispone a ofrecer a los americanos un ... [+]
13 de septiembre de 2005
53 de 59 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bardem, Mihura y Berlanga se unen para dar cuerpo a esta brillante comedia del cine español. Los personajes de Villar del Río reflejan el carácter de una época de la España de los cincuenta, y lo hacen con ese tono crítico e irónico tan hábil como habitual en la filmografía de Berlanga.

La canción que los habitantes del pueblecito ensayan para dar la bienvenida a los estadounidenses, con letra del escritor Miguel Mihura, ha pasado a formar parte de la memoria del séptimo arte y es raro que haya un español, anciano o joven, que no sepa hoy tararearla. Igual que la letra de dicha canción, los diálogos de la película están bien pulidos y llenos de ingenio. Pepe Isbert nos deja como recuerdo una entrañable actuación además de esa escena en el balcón que ya ha pasado a la posteridad: “Como alcalde vuestro que soy os debo una explicación, y esa explicación que os debo os la voy a pagar…”

Encontramos el uso de muy buenos recursos como la voz en off, el montaje o la parodia de distintos géneros de películas –incluso una del Oeste–. Todo ello para impregnar de esa sensación de admiración y halago al amigo americano que se engrana en el argumento para hacer que el final con la llegada de los coches oficiales resulte tan grotesco como magnífico.

La cinta superó los estragos de la censura ante lo que era una sátira de la sociedad española y el aislacionismo del régimen franquista; incluso en este caso la de algún norteamericano –Edward G. Robinson, como presidente del jurado en Cannes, amenazó con marcharse si no se suprimía una escena de la bandera de Estados Unidos flotando en las aguas residuales–. A pesar de todo, terminó por llevarse un premio en el festival de cine francés haciéndose con ello más popular y taquillera. "La película se estrenó un lunes y el miércoles ya la iban a retirar porque no fue nadie a verla; pero llegó el premio de Cannes y cobró un éxito inesperado", reconocería Berlanga. Hoy en día se encuentra recuperada la versión íntegra y constituye una verdadera joya con la misma vigencia que entonces.
Pedro
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