Yo no sé que les pasa a todas estas películas que se esmeran mucho en el principio, pero luego en el desarrollo de los acontecimientos comienza a flojear de forma alarmante. Me imagino que los guionistas presentarán las 4 primeras páginas del guión, a los productores les sonará a éxito rotundo, firman el presupuesto y luego la productora dice: "Adelante". Y al tipo se le diluyen las ideas.

Un comienzo poco creíble, pero de lo más interesante, el chaval intenta pillar la espada y casi le cuesta la mano, a los otros les hubiese costado la cabeza, pero bueno, esa es otra historia. Coronación del César y traición. Ahora toca poner en práctica ese juramento, protegerlo hasta la muerte...aunque sea solo un mocoso. Tenemos humor, algo fuera de lugar todo sea dicho de paso...pero lo tenemos. También la parte romántica, más forzada que llevar a un niño al cole a las 8 de la mañana...pero lo tenemos. Peleas, batallas, y todo lo demás. Una grata fotografía, gracias sobretodo al rodaje en exteriores. Un malo malísimo, al cual van desmontando como un puzzle, que lleva más puntos el sólo que el Sporting de Gijón. Ah, y un mago...o un aprendiz de mago, porque este es como Juan Tamarín, pero sin cartas. Todos sus trucos tienen trampa. Eso sí, me ha encantado ver a Ben Kingsley con el traje de Gandalf. A Colin Firth no me lo trago de soldado-héroe, pero no ha estado mal.

Y como curiosidad, el actor que interpreta al César-niño, en el momento de hacer la película contaba con 17 años, difícil de creer pero cierto.