En el título de mi crítica describo exactamente mi opinión sobre cada nueva entrega de Santiago Segura y su personaje de Torrente. ¿Lo único diferente y señalable? Que esta vez no ha engordado para hacer el personaje. Ha aprovechado su estancia en prisión para justificar ese cambio físico y no hacer las burradas que hacía anteriormente.

¿Es Torrente un éxito en taquilla? Por supuesto. ¿Seguirá la gente acudiendo a las salas a ver la saga? Desde luego. Pero si le preguntas a esta peña su nota en las últimas entregas, en su mayoría la bajará. Y no por falta de mérito de su director, ya es un logro hacer 5 entregas y conseguir la pasta que ha conseguido. Basta con mirar el presupuesto de cada película para ver como ha ido creciendo y lo notamos en pantalla. No es lo mismo quemar un contenedor de basura, que destrozar varios coches. No es lo mismo tener de malo malote a José Luís Moreno, que a Alec Baldwin.

Pero si nos centramos en el contenido, cada vez se aleja más del personajes, algo obvio lógicamente, ya es muy complicado que Torrente nos sorprenda con algo relativo a su lenguaje, pensamientos u obra. Con lo que desde la segunda entrega se ha centrado más en los secundarios, quitando esa magia grandiosa del personaje que brilló por si solo en la primera. Ahora nos hacemos las quinielas sobre que personajes de moda saldrán en la próxima película de Santiago Segura. La joya más sorprendente en mi opinión ha sido el descubrimiento de Jesulín de Ubrique. Lo ha calcado al personaje y ha tenido muchos minutos en pantalla. Por otro lado sus compañeros en tu cara me suena. Angy, Anna Simon o Florentino Fernández ni chicha ni limoná. Y a Neus Asensi ya los años la han hecho perder su erotismo, por mucho que se empeñe en enseñarnos las tetas constantemente.

Como dijo Segura cuando le preguntaron si habría más entregas, su respuesta fue...si se gana dinero pues si. Sin duda que en unos años estaremos disfrutando de Torrente 6, espero que entonces tome una dirección diferente.