Por muchos años que pasen, por mucha tecnología que se invente y por muchos efectos especiales que se añadan al nuevo cine, no se podrá comparar jamás al cine de antaño, cuya magia se escondía detrás de la óptica de la cámara, la música y la excelente fotografía, que cobraba vital importancia si la película era rodada en blanco y negro.

Los primeros minutos de Forajidos en el bar de carretera deberían ponerse en las escuelas de cine, como mostrar tanto y muy bien, con tan poco. Cuatro hombres, muchos silencios, la música como un personaje más, las miradas, los diálogos, ejercen una influencia de tensión en la escena que hace que el espectador se pongan en tensión desde el mismo principio.

Robert Siodmark nos trae una historia basada en un corto del famoso escritor Ernest Hemingway, quien bebes de sus fuentes y estira el chicle de esa idea. ¿Qué fue lo que ocurrió con el sueco?

Pues de forma recurrente y a través de la investigación de un agente de seguros, Riordan, irá conociendo los detalles que nos van mostrando las historias que irán contando los diferentes protagonistas a través de los constantes flash-backs que utiliza el director.

Mención aparte la excelente fotografía, que intensifica mucho más el espléndido trabajo al rodarse en blanco y negro, los huecos oscuros para apuntalar el peligro o la zona poco segura, las zonas más iluminadas para destacar cosas puntuales.

Uno de los excelentes ejemplos es la primera escena en la que aparece el sueco y no se le ve el rostro, sino su cuerpo tumbado en la cama, dejando a las claras el lado oscuro en el que vive continuamente. O la excelente iluminación en la primera aparición en la película de Ava Gardner poco antes de cantar.

El reparto es excelente, el guión está muy bien escrito, contando una historia increíble y de una forma maravillosa y sencilla para el espectador, el cual en ningún momento se pierde entre tanto flash-backs. La música también cobra vital importancia, convirtiéndose una vez más en no solo un componente más, sino casi en un personaje que se suma al relato.

Quizás hay cosas que no terminaron de convencerme durante el metraje, como la pasividad del sueco ante los dos matones o como el moribundo delata todo el plan mientras lo visita el de la guadaña.

En resumen, una excelente película del género, muy recomendable.