Desde que era niño me han fascinado todo este tipo de personajes con poderes, incluso pasaba horas y horas delante de la televisión esperando el momento clave, en el cual ponían en práctica esos poderes, ya sea Batman, Spiderman, Hulck, Superman...me daba igual, yo quería ver el bien dominando al mal de una forma aplastante.

No soy un seguidor de la cultura vikinga y sus dioses, así que he tenido que informarme un poco antes de situar a Odín, Thor, Baldr, Vidar y Váli, otros hijos del Dios principal, y lo curioso es que no veo al tal Loki por ningún lado entre sus hijos. Cual es mi sorpresa cuando me entero que en realidad tenía una relación de casi hermano con Odín, pues comenzamos mal la historia. Mira que hay datos en tal mitología para haber arrancado la saga con algo sorprendente y majestuoso.

Yo la peli la divido en dos partes, aquella en la que vivimos en el mundo de Asgard, en el palacio de Valaskjálf, con todos esos personajes, esa magia interna, los poderes de esos caballeros, el enfrentamiento con los hombres de hielo, Heimdall el guardián del puente y todo lo relativo a ese peculiar universo...me ha resultado maravilloso. Actuaciones coherentes, contundentes, con diálogos muy inteligentes y comedidos. ¡¡¡ Grandioso !!!!

Otra cosa es cuando es desterrado a la Tierra. Se le da un giro radical al guión y comenzamos con las payasadas para adaptarlo al nuevo planeta, pasamos de ver un Thor poderoso peleando contra lo imposible...a un simple bufón de feria, siendo atropellado varias veces por la misma chica, tomado por loco, convirtiéndose en el hazmerreir de la historia. Incluso el mismo personaje de buenas a primeras se vuelve un chico guay, todos son risas, bromas, buenas maneras y otras cursiladas que sobran, porque debería estar enfadado, triste y muy preocupado al haber sido desterrado y despojado de sus poderes. Si a esto añadimos el circo mediático en que se convirtió el levantamiento del martillo, ¿no les recordó al rey Arturo? Pues ya roza la coña. La cosa no endereza ni tan siquiera cuando aparecen los personajes amigos del protagonista, porque allí todo el mundo se lo toma a cachondeo. Aparece Thor enfundado en su peculiar vestimenta y frase cumbre de la película: "¿ésta es la pinta que sueles tener", y él contesta: "más o menos". Genial, ese diálogo quedará en la mente de todos los amantes del buen cine.

Este personaje se merecía una presentación más espectacular, está bien algo de buen humor, pero no al punto de restar importancia a la historia. En lugar de poner caras de asombro, porque efectivamente no estaba loco, sino que era el Dios Thor en persona, parece que acaban de ver a un frikie salir de una fiesta de disfraces. En fin, esperemos que cambien para la siguiente parte.

Lo más positivo, que rompieron el puente, y de momento nos evitamos volver a verlos juntos y aguantar más ñoñerías.