A la película se le podrán poner muchas pegas, buscar errores y hacer chistes malos sobre lo que en ella encontraremos. Yo lo simplifico y me dejo de tantas sandeces. Me entretiene y me siento feliz. Me aburre y me mosqueo. No hay más, a menos que seas un crítico que te ganas la vida escribiendo para que alguien te lea.

U.571 tiene muchas cosas interesantes, un comienzo que engancha desde las charlas alemanas en el submarino que se estropea, pasando por la misión secreta encomendada a un oficial molesto por lo fallido de su ascenso y un argumento contra corriente, todo es mirando el tiempo. Nunca mejor dicho en esta película, el tiempo es oro.

Miles de barcos hundidos, impotentes ante el acoso enemigo y se encuentran una oportunidad bendita para poder vencer a las tropas de Hitler. Reconozco que con la llegada al nuevo submarino y todo casi resuelto, miré el reloj y me sorprendí al ver que ya estaba todo hecho, pero es aquí cuando un giro argumental para mi inesperado, coloca a nuestros protagonistas ante una misión nueva, insólita y muy complicada y donde tendrán que poner en marcha todos sus conocimientos, sus capacidades de reacción y de improvisación.

La tensión de muchas de las escenas dentro del submarino me las he creído al pie de la letra, consiguen que sientas empatía con los protagonistas, como si estuvieses con ellos en dicha misión. Incluso llegas a temer por un desenlace inesperado. Eso lo han clavado. Las actuaciones han estado correctas, con un Matthew más serio de lo habitual y un Keitel genial de principio a fin. Jon Bon Jovi no ha dado la nota en lo negativo, una actuación muy convincente.

Lástima que la película sea americana, que se haya utilizado parte de la historia y no se hayan hecho en base a los acontecimientos reales.

Aún así, muy entretenida.