El director iraní Asghar Farhadi prueba otra vez filmar en un idioma diferente al suyo, y lo hace ahora en español y con estrellas del calibre mediático de Penélope Cruz y Javier Bardem, en una historia que se mueve del melodrama familiar al thriller psicológico y que termina un tanto perdido entre esa y otras indefiniciones.

Laura (Penélope Cruz), es una mujer casada que regresa a su pueblo natal en España para la boda de su hermana junto a sus dos hijos, su marido Alejandro (Ricardo Darín) no ha viajado con ellos y ha permanecido en su casa en Buenos Aires.

Laura se reencuentra con su familia y con Paco (Javier Bardem), un viejo amor de juventud a quien le vendió sus tierras donde ahora él es el dueño de un viñedo junto a su ahora esposa Bea (Barbara Lennie). La boda transcurre con normalidad hasta que sucede un apagón y posteriormente Laura se entera que su hija adolescente ha desaparecido, lo que se confirma cuando recibe un mensaje de texto donde le informan que la han secuestrado y le piden no informe a la policía, Laura se apoya en su familia y en Paco, mientras algunos miembros de la familia tratan de investigar lo que pueden, dando paso a un momento de incertidumbre donde empiezan a aflorar secretos celosamente guardados y donde la sospecha empieza a rondar a toda la familia, incluyendo al marido de Laura.

Fahardi recurre a una historia de estructura similar a sus películas pasadas en las que un fuerte acontecimiento cimbrará las relaciones ahora no solo de una pareja, sino de una familia completa, lo que dejará secuelas imposibles de sanar.

Pero a diferencia de sus películas realizadas en su idioma natal, ‘Todos lo saben’ echa en falta la sutileza con la que suele narrar sus historias, arrancando como un drama familiar que al convertirse en un thriller pierde la fluidez y rumbo sin definir bien del todo cual es el objetivo final de lo que se narra.

Algunos personajes se quedan a medio camino de su desarrollo, como el Ricardo Darín, un tipo alejado del alcohol, fracasado que a cada oportunidad deja ver su bien cimentada fe, que al final no pasa nada con ello, o el amigo expolicía que de pronto es dejado de lado, y así otras inconsistencias que merman una película con algunos puntos positivos como la mayoría de las elecciones del casting, el buen performance de Penélope Cruz o la mayoría de sus aspectos técnicos, pero que tratándose de un director como Fahardi, no son suficientes, dando forma así a una película que se queda en la medianía.

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