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4
Romance. Comedia Amanda y Adam son un idílico matrimonio de abogados cuya paz conyugal se ve afectada cuando un caso los enfrenta en los tribunales como defensor y fiscal respectivamente: una mujer es juzgada por disparar contra su marido y la amante de éste. Adam no duda de la culpabilidad de la acusada, pero Amanda no es de la misma opinión. (FILMAFFINITY)
13 de junio de 2013
10 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
No me extraña el descrédito de esta institución con esta farsa ridícula de juicio, de alegatos, de defensa, de testigos, de sentencia, de todo. Bueno, es una comedía dirán algunos y no hay porque tomárselo tan en serio. Si ya, pero es que el juicio de "Una rubia muy legal" es más coherente que éste. Pero sí hay un momento circo que produce vergüenza ajena. A ver ¿Nadie ve que es culpable? ¿Cuál es la defensa exacta? ¿Qué se puede matar por "honor"? Dice la criada "ésta sí que es una mujer". Luego si lo hiciera el marido sería "todo un hombre". ¿Veis la incoherencia? Los protagonistas, que van de ideales, especialmente ella a la que le buscan un pretendiente para reforzar su ego, pues a veces te caen más simpáticos y otras les coges odio. Por ejemplo, cuando Amanda Bonner (Katharine Hepburn) pone como ejemplo de hacer justicia, la toma de la Bastilla. Toma ya. ¿Sabrán estos que había en dicho edificio siete presos, todos por delitos comunes, y que lo asaltantes se dedicaran a matar gente como el gobernador del castillo Bernard de Launay o el síndico Jacques de Flesselles? Por cierto, para parejas, más o menos, de abogados, me quedo sin dudar con la de Richard Gere y Laura Linney en "Las Dos Caras de la Verdad" (1996).

Pero vamos al tema central, la excusa para rodar ´"La Costilla de Adán": la igualdad hombre-mujer. Yo como me opongo a la igualdad en general no me importa negarla en el caso particular de los géneros. Dicho esto conviene aclarar un convincente sofisma con el que se viene insistiendo desde hace muchas décadas: la desigualdad es mala pues implica un perjuicio. No señores, la desigualdad sólo es eso, desigualdad y puede ser para bien, regular, sin clasificar o para mal. Del mismo modo, la desigualdad no implica que sea tal y en todo momento. Es decir, en algunas cosas se debe tratar igual y en otras no. Ahora bien, ¿cuál es la ventaja de la desigualdad? Pues el privilegio ¿Cuáles? Los tradicionales. Chicas, si queréis la igualdad estáis renunciando a los privilegios. Por ejemplo, ante la justicia. Desde que hay estadísticas judiciales (años 50) siempre hay menos mujeres condenadas en relación a las acusadas que varones. ¿Por qué? Porque a todo juez le es más difícil condenar a una mujer, por condescendencia, que a un hombre. En fin, el discurso feminista llega al extremo de burlarse de que las féminas hayan sido "mimadas y acariciadas" por los hombres. Pues sí, mejor que os den patadas, os desprecien y ofendan.
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