Tiene malas críticas, hasta un Razzie a la peor excusa para entretenimiento familiar, más otra nominación, motivo por el que no esperaba gran cosa. Pero sin embargo me he encontrado con una atrayente comedia familiar, que gustará a todos independientemente de la edad y el sexo, por uno u otro motivo, siempre que no quieran comerse el coco, deseen pasar un buen rato y no sean excesivamente escrupulosos, motivo el que le afectará algún gag excesivamente escatológico. A mí me ha gustado, especialmente toda la parte inicial, que arranca con mucha fuerza. La recta final se vuelve más tranquila, sacrificando la pura risa por el mensaje, en el que de todos modos, se muestra mucho más atinada en su discurso familiar, ecologista y humano que la paridosa y ridícula "Pequeña Miss Sunshine (2006)", que vendría ser la versión indie de "¡Vaya Vacaciones!". Ahora bien, ¿Cómo acaba? (SPOILER).

En esta road movie de inesperadas consecuencias, un viaje de trabajo a Colorado camuflado en unas vacaciones familiares en caravana, que llegan en un mal momento, máxime cuando se las prometían ir a Hawai, todos los personajes funcionan bien. Por ejemplo, Robin Williams, que cuando hace de persona más o menos seria gana enteros. Pero la que es la sorpresa de la temporada, es Joanna Levesque, conocida como Jojo, muchachita en ese momento de tan sólo catorce años, en el papel de la hija adolescente, entre pija y creída. No sólo se la ve mona y muy graciosa, sino con estilazo, vaya zapatos de tacón, que no veas. Después de darse a conocer en "Aquamarine" (2006) con su gran amiga Emma Roberts llega aquí a presentar su candidatura como mi nuevo ídolo juvenil. Lástima que se haya volcado en la canción, un pedazo de voz que tiene, con éxito. Si queréis oírla, no perderos los créditos.