Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Michael Myers:
8
Drama. Acción Se centra en un excéntrico y decidido equipo americano de ingenieros y diseñadores, liderados por el visionario automovilístico Carroll Shelby (Damon) y su conductor británico Ken Miles (Bale). Henry Ford II y Lee Iacocca les dan la misión de construir desde cero un nuevo automóvil con el fin de derrocar el dominio de Ferrari en el Campeonato del Mundo de Le Mans de 1966. (FILMAFFINITY)
30 de diciembre de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para quienes les guste el automovilismo en cualquiera de sus variantes y el cine 'Le Mans '66' es un proyecto que no se puede pasar por alto, sobre todo teniendo al director y los protagonistas con los que cuenta. Bien es cierto que si ya leíste la historia de Ken Miles antes de ver la cinta sabrás por donde van los tiros y la sorpresa será muy poca, pero incluso siendo así creo que estamos ante una remarcable cinta de un tema que no suele dar grandes largometrajes tan a menudo.

'Le Mans '66' tiene argumentos para gustar a quienes son seguidores de la gasolina y batir a los demás pilotos en cada carrera y a los que les gusta disfrutar de una historia; por un lado el mimo en lo referente al retrato del mundo automovilístico de hace más de cinco décadas con esos pilotos con cascos y gafas y suciedad en un ámbito de equipo de camaredería y, en definitiva, con más energía en el ambiente que el pulcro aspecto y muchas veces eventos sin alma como en la Fórmula 1 está conseguido. No es que puedas sentir los neumáticos derrapar, pero se nota el amor que se le ha puesto.

Un amor del que también hay que hablar en su vertiente cinematográfica. James Mangold no tiene el estatus de un Spielberg, un Christopher Nolan y demás directores superestrellas, aunque sí que no se le puede discutir una capacidad para sacar algo más que solo decentes trabajos que lleva haciendo durante casi toda su trayectoria tras las cámaras y este último cometido tras la elogiada 'Logan' no es una excepción. Christian Bale y Matt Damon cumplen sobradamente sin necesidad de tener escenas que exploten sus talentos, solamente expresando el amor-odio que sienten el uno por el otro y sus personalidades ya convencen. Para ser justos, cada miembro del reparto se siente en su justa medida, incluso el personaje de Henry Ford II que solamente está para acompañar el relato destaca a su manera; la narración de los acontecimientos para contar con dos horas y media es tan ágil como una rápida parada en boxes (cuenta mucho también, evidentemente, si te atrae el tema de la competición de vehículos de motor).

Esta es una de esas películas que no cuenta una historia que pasó realmente, una historia con cierta miga con un amargo mensaje, sino que consigue tener alma propia y no ser solo un relato, y eso para estos casos es bastante.
Michael Myers
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow