Parecía que las correrías de Harry Callahan se habían acabado porque pasaron los años y no se estrenó nada. 1983 fue el año donde se acabó la espera con una nueva secuela con la batuta, por única vez, del mismo Clint Eastwood.

Cuando la saga empezaba a flojear tras una irregular tercera parte con 'Harry el ejecutor' y esos villanos de media hostia llegó 'Impacto súbito' donde la llegada del actor a la silla del director se nota para bien. Para empezar, esta vez la amenaza principal no lo es tanto.

En 'Harry el sucio' y 'Harry el fuerte' los villanos correspondientes no tenían ni una sombra de duda de que no había en ellos algo de luz entre tanta oscuridad alrededor. Esta vez es diferente introduciendo ambigüedad en el nuevo caso de Harry que hará pensar al público entre si hay que confiar en el sistema judicial o es mejor buscar uno su propia justicia.

También hay mejoría en terminos técnicos de fotografía y uso de 'flashback' (que creo que fue novedoso en la saga) en determinadas secuencias que hacen subir el nivel, además de los apartados narrativos y actorales, por los que la ya veterana franquicia vuelve a dar un paso al frente, de no haberlo dado hubiera pasado a la UCI.

No le llega para llegar al nivel de la original, aunque en un top de mejores secuelas del inspector de homicidios de San Francisco la veo al mismo nivel que 'Harry el fuerte' como películas más cercanas al listón más alto.