"El fugitivo" sobrevive a la sombra de la serie de televisión en la que se adapta para hacer su propia sombra cinematográfica aún más alargada y emblemática. Ésto es gracias al derroche de la calidad y entretenimiento que supone su visionado, el cual resiste bien el paso del tiempo (prueba potente de cuando una película funciona de verdad).
El guión es bueno, aún abarcando mucha información y pistas a lo largo de sus dos horas y cuarto. Esto hace que el ritmo sea tan trepidante en varios pasajes, como bastante lento en tantos otros. Pero su historia siempre mantiene la atención y la incertidumbre hasta su potente chorro de adrenalina final.
La dirección es buena, la música es fantástica y su tema principal perdura en la actualidad como uno de los dinámicos y representativos del cine de acción e intriga.
Las interpretaciones apoyan la trama y son de lo mejor de la cinta. Harrison Ford borda uno de sus papeles más recordados, al igual que el magnético Tommy Lee Jones con quien mantiene un duelo interpretativo de los gordos. El resto de secundarios están muy bien en sus respectivos papeles.
Un thriller mítico que funciona de verdad, de modelo a seguir, que aún conserva su ímpetu y su complejidad.