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España España · Granada
Voto de Nadja:
8
Ciencia ficción. Thriller Viaja con el capitán Daly y su tripulación para explorar la galaxia y los peligros de planetas desconocidos. Episodio de la T4 de Black Mirror. (FILMAFFINITY)
30 de diciembre de 2017
39 de 60 usuarios han encontrado esta crítica útil
Robert Daly es un nerd que ha creado un videojuego que se ha convertido en la ultima sensación. Debería ser un triunfador nato. Estamos acostumbrados a que las personas con éxito tengan una imagen exterior deslumbrante pero Robert Daly es un perdedor al que nadie trata con respeto o admiración. Su socio le ha robado todo el protagonismo y solo lo soporta porque lo necesita para manejar su negocio. Sus compañeros de trabajo se burlan de el y lo desprecian. Se ha convertido en el hazmerreír de toda la plantilla.
Lo único que le queda de su gran sueño es el nombre de su empresa y el recuerdo de una fantasía intergalactica que nunca vivió.
Pero Robert Daly tiene un arma secreta para vengarse de todos y hacer posibles sus fantasías.
Ha creado su propia versión del juego en la que sus compañeros de trabajo son meros peones a los que utiliza a su antojo. Por oscura y deprimente que sea su realidad ha formado otra llena de colores y brillos intensos donde el es el dios despótico y omnipotente al que todos aplauden y admiran. Donde logra lo que no consigue obtener en la vida real: respeto y obediencia.
Un día llega una chica nueva al trabajo. Una chica que expresa su profunda admiración a Robert. Tal vez la única persona que desde hace años le muestra algo de respeto por su trabajo. Y algo se ilumina en sus ojos, creemos que va a ser su salvación. Que va a ser la que consiga que su vida de un giro de 90 grados pero nos equivocamos.


La verdad es que me preocupaba mucho la trayectoria que iba a tomar Black Mirror al tener tantas temporadas pero una mente tan brillante como la de Charlie Brooker nunca agota sus ideas y sigue ofreciéndonos verdaderas delicias visuales.

Habra quienes encuentren referencias a Star Trek o un mundo feliz de Aldous Huxley pero este episodio va mas allá de todo eso.


Esta creado para hacer que nos hagamos preguntas que en el fondo no queremos responder.
Esta creado para que sintamos empatia y compasión por Robert, para que veamos en el un espejo donde nos reflejamos nosotros mismos.
Porque seamos sinceros.
¿Que harías tu con un socio y unos compañeros de trabajo que convierten tu vida en un infierno?
Si tuvieras la oportunidad de devolverles un poco el dolor y el sufrimiento que te proporcionan a diario,¿no lo harías?
¿No te vengarías de los capullos que te desprecian cada día?
Los videojuegos están creados para buscar una evasión de la realidad. Y en esa evasión todo esta permitido. Desde dominar territorios inaccesibles hasta asesinar sin piedad a cuantos se pongan a nuestro alcance. Liberamos adrenalina y mala hostia a raudales mediante esas inmersiones a otras realidades ficticias.

Charlie Brooker lo lleva al extremo en este episodio. Y nos presenta a unos avatares despersonalizados y asexuales que lo único que desean es tener su propia porción de realidad. Que tienen sentimientos e ideas propias.

No nos equivoquemos. Este episodio es un disparo a bocajarro que nos hace cuestionarnos a nosotros mismos.


Porque en el fondo antes o después de que la cinta acabe todos hemos sido Robert Daly, de apariencia ingenuos pero profundamente despiadados.


Y en eso reside la genialidad secreta de esta serie.


En la asombrosa capacidad de darnos una bofetada en la mejilla y hacer que lo único que podamos devolverle sea una sonrisa.


Porque Brooker no solo capta como nos deshumanizan la tecnología y los medios de comunicación o como perdemos nuestra identidad al intentar personalizarla con los avances de los que disponemos.


Charlie Brooker pinta el alma humana y lo hace de una manera brillante.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Nadja
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