Fallido remake de King Kong, que a pesar de contar con un enorme presupuesto para la época, con los años ha quedado increíblemente desfasado. Y eso pasa por centrarse única y exclusivamente en los efectos especiales que en su momento ganaron el oscar pero que hoy en día son para echar a correr y no parar. Lo único que está bien logrado es la caracterización de King Kong. En una época en la que el ordenador no existía el muñeco simiesco les quedó bastante bien, entre otras cosas porque entre sus creadores estaban los expertos Carlo Rambaldi, Rick Baker y Rob Bottin.

Pero lo demás produce vergüenza ajena. Las escenas finales en las que esta vez King Kong es abatido por helicópteros son patéticas. Cuando el gran simio empieza a destruir la ciudad se nota a la legua que los decorados son vulgares maquetas. Por sí fuera poco en la Isla de la Calavera sólo hay una pelea entre bestias, aquella que enfrenta a King Kong con una serpiente de juguete gigante, bastante pobre.

Le doy un cinco por la presencia de la sensual Jessica Lange, que debutaba con esta película y por el siempre interesante Jeff Bridges, además en el reparto también figura John Lone haciendo un pequeño papel de cocinero que también debutaba en el cine. Otra de las cosas que me gustó es el mensaje ecologista que transmite la película y por supuesto la banda sonora de John Barry. Lo demás olvidable.