Aunque creo que no se lo merece si nos ponemos rigurosos. Hace poco vi una peli danesa (PELLE, EL CONQUISTADOR), que ganó el Oscar a la mejor película extranjera en 1988, y cuyo argumento era prácticamente calcado. Sin embargo, UNA CASA CON VISTA AL MAR, además de ser posterior, resulta más inmadura, más superficial, como si tuviera menos peso. Es en todo una peli muy normalita, de esas que tienen poco conflicto, poca aventura. Y lo que son las interpretaciones, muy mejorables, sobre todo la de Imanol Arias que parece cualquier cosa menos venezolano. Aparte de lo que yo ya he llamado en alguna ocasión anterior “La maldición de las co-producciones”: que hay que meter, venga a cuento o no, a algún actor o actriz de uno de los países que ponen el dinero, en el caso que nos ocupa, el fotógrafo que resulta que es canadiense y parece que ha salido de otra película.