Sinceramente, ese es el sentimiento que ha despertado en mi al acabar de ver la película. Me ha decepcionado.

Quizá haya influido todo tipo de valoraciones positivas que ha recibido, que la colocaban, como mínimo entre las 3 mejores obras de animación japonesa de siempre. Y precisamente por ello la di una oportunidad, esperando encontrarme con otro producto diferente.

La historia no es sencilla, y ello no sería realmente un problema, sino fuese por lo forzado que en ocasiones resulta su mensaje. Se puede identificar con una crítica al capitalismo más voraz y la acumulación de capitales como enemigo de la sociedad moderna (con individuos que lo único que les motiva es conseguir oro), y la contaminación del medio ambiente, todo ello girando en torno a una casa de baños y los diversos dioses de la naturaleza.
Así mismo, como una niña miedosa tiene que hacerse a sí misma, después de que sus despreocupados padres realmente no hayan aportado nada a su vida. Y lo tendrá que hacer a través del trabajo, que como parece comunicar la película, es el principal medio de dignificación de la persona, creciendo nuestra protagonista junto a las relaciones que entabla en el mismo.

Lo mejor que tiene, sin lugar a dudas es su animación y calidad del dibujado, una maravilla, tanto los paisajes, los diseños de los personajes y de los interiores, se puede observar un amor alrededor de esta obra por parte de Studio Ghibli.

No obstante, como he mencionado al principio de la crítica, y es mi valoración subjetiva, me ha faltado algo. Realmente no se decir qué es ese algo, pero no he acabado totalmente satisfecho o me ha hecho reflexionar de la manera que he visto a algunos en sus valoraciones.