Tenebre es un film ubicado dentro de la corriente que se denominó el "giallo". Y Argento era un maestro dentro de ese estilo. Tenebre contiene escenas memorables donde la música de Goblin es el perfecto contrapunto en la creación de atmósferas oscuras. Planos secuencias magistrales (esa cámara recorriendo el exterior de un edificio entero), y giros inesperados que llevan al espectador a una orgía de gore y oníria, muy disfrutable.

El guión (inspirado en una experiencia que sufrió el director en primera persona) y los desnudos gratuitos femeninos es quizás lo más flojo al lado de esa puesta en escena inteligente (una Roma irreconocible) y algunas escenas memorables (la persecución del Doberman, el asesinato del personaje de John Saxon, la escena final, auténtico Festival Argento). En definitiva una buena dosis de "giallo" para sus fans y un film cuando menos una obra apreciable para un público que sepa verla dentro de su contexto artístico e histórico.