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Voto de Sergio Berbel:
10
Drama Ricky y su familia han estado luchando contra las deudas desde la crisis financiera del año 2008. Afortunadamente para ellos se presenta una gran oportunidad para conseguir tomarse un respiro y optar, incluso, a algo de independencia gracias a una nueva furgoneta. La familia decide crear una franquicia de entregas a domicilio. Es un trabajo duro y que la mujer de Ricky sea asistente no es algo que facilita la situación. Sin embargo, la ... [+]
13 de noviembre de 2020
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Debería ser obligatorio ver “Sorry we missed you”. Todos los ciudadanos deberían pasar por el trance de verla, de contemplar cara a cara la inhumanidad criminal del neoliberalismo que nos está asesinando a nosotros, a nuestras familias, a nuestras relaciones sociales y a todo lo que nos rodea. Ken Loach siempre fue imprescindible para el cine europeo, pero ahora es vital. Sus películas, a medias con su guionista de cabecera Paul Laverty, son cada vez más imprescindibles para poner el dedo en la llaga, para denunciar lo que nos está haciendo el capitalismo salvaje, el crimen de lesa humanidad que está cometiendo, el genocidio que está perpetrando ante nuestros impertérritos ojos.

Ken Loach, en el momento álgido de su carrera, en el punto más alto de su maestría, nos lega con esta película cuasidocumental una profunda y despiadada ruta por los infiernos de la clase obrera inglesa de una dimensión y profundidad nunca conocida (ni por él mismo, conciencia del cine social del continente como es). Después de su magistral, "Yo Daniel Blake", la definitiva vuelta de tuerca.

Narrada sin artificio alguno, como si de un documental se tratase, marca de la casa Loach, el maestro inglés nos cuenta sin ahorrar detalle la vida de un falso autónomo que es explotado hasta la náusea por una infame compañía de reparto de paquetes a la que realmente no pertenece, donde él pone su propia furgoneta, 14 horas de trabajo al día, una presión insoportable para lograr completar el reparto (sólo cobra por paquete repartido), donde es responsable económicamente de asistir todos los días, de los paquetes que reparte y de la tecnología que le obliga a llevar la empresa… La esclavitud pura y dura que ha vuelto por la puerta grande con el neoliberalismo que tanto aplauden los que esperan agazapados.

Su esposa, a la que apenas ve, trabaja en condiciones igualmente insoportables como cuidadora a domicilio de ancianos. Sus hijos se están criando solos, dado que sus padres están todo el día trabajando, de lo cual también se quejan en el centro educativo. El hijo mayor, adolescente, asalvajado y sin referencias, es una fuente de problemas familiares; la hija menor, intenta que la familia no se derrumbe, pero es difícil en estas condiciones.

La vida misma. Ken Loach no ahorra detalle para mostrar la sociedad en la que vivimos. Hay un personaje interesantísimo: una de las ancianas que cuida la esposa del protagonista fue sindicalista en su juventud. No da crédito a lo que ve y a lo que le cuenta su cuidadora. Le pregunta por las jornadas de 8 horas y los derechos laborales… esas cosas del pasado. Un personaje secundario vital para entender la dimensión y profundidad de abismo que narra el guión de Paul Laverty dirigido por Ken Loach.

Todo el mundo debería pasar por la dura experiencia de ver esta película, testimonio fundamental de nuestro tiempo.
Sergio Berbel
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