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Voto de Sergio Berbel:
6
Comedia Juan y Carmen son un humilde matrimonio madrileño. Ella se ocupa de las labores domésticas y él trabaja como electricista en unos estudios de cine. Sus sueños de bienestar se hacen realidad cuando ganan un concurso patrocinado por una marca de jabón. Se trata de la elección de "la pareja feliz": durante 24 horas la pareja seleccionada recibe toda clase de invitaciones y obsequios. Pero, precisamente el mismo día, Juan debe resolver dos ... [+]
26 de octubre de 2021
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Juan Antonio Bardem y Luis García Berlanga firmaban conjuntamente en 1951 “Esa pareja feliz”, una obra maestra en su momento que, no obstante, no ha envejecido bien, todo hay que decirlo. En su argumento, mucho más de Berlanga que de Bardem (yo soy más de Bardem), se mezcla la comedia pura y dura con algunos tintes más dramáticos que completan el conjunto sin estorbarlo.

Estamos ante la ópera prima de Bardem y Berlanga, los cuales, expresa y directamente influenciados por el neorrealismo italiano, alejan por primera vez nuestro cine de las tentaciones folklóricas y pintorescas para sumergirlo en la cruda realidad social del momento.

Y todo para contar la historia normal y corriente de una pareja que comenzó su andadura matrimonial llena de ilusiones y proyectos, como todas, y que la realidad los acabó rebajando sensiblemente, como todas. Frustrados por la realidad laboral y quizás también la sentimental, él intenta crear negocios que funcionen y que terminan en fracaso de forma sempiterna y ella trata de huir de su realidad a través de una ludopatía no excesivamente controlada.

Mientras tanto, las miserias, dobleces y morales cuadruplicadas de la época se van colando en este fresco popular de la Madrid de los años 50, un lugar puritano y asfixiante donde la libertad brillaba por su ausencia. Y la película, como solía ocurrir siempre que Bardem o Berlanga andaban de por medio, se la colaron a la censura por todas partes, porque subyace bajo su sencillo argumento una corriente subterránea de ácida crítica social despiadada.

La cinta se sostiene en las interpretaciones de Elvira Quintilla y, sobre todo y por encima de todo, del dios Fernando Fernán Gómez, que sabe equilibrar de forma sabia (como no podría ser de otra forma) los deseos de empatizar con su personaje y los de apiadarse de él a ratos por su torpeza y estupidez.
Sergio Berbel
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