Haz click aquí para copiar la URL
España España · Madrid
Voto de Charles:
8
7,3
20.193
Animación. Fantástico. Comedia. Aventuras Después de que todas las mascotas caninas de Megasaki City sean exiliadas a una isla que es un vertedero, un niño de 12 años emprende un viaje para buscar a su perro extraviado. (FILMAFFINITY)
23 de marzo de 2018
8 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
La simetría de Wes Anderson ha llegado a niveles de enfermedad.
Simétricos (pero muy diferentes) perros se colocan de forma simétrica en un plano que guarda simetría con el plano inmediatamente posterior, conversando de manera obsesivamente ordenada en un paisaje que les encuadra simétricamente según están puestos.
La acción real no era suficiente para Anderson, ahí todavía te puedes equivocar, pero el stop-motion… ahí nada se va a salir de lugar, es control total sobre lo que pasa y lo que pasará.

‘Isla de Perros’ necesita ese control, por otra parte.
Su atmósfera de cuento infantil encantador y trasnochado, sobre una dictadura tiránica de amantes de los gatos que fuerzan el exilio de todos los perros de Megasaki (Japón, veinte años en el futuro), sólo podría funcionar si desde el principio, y excelentísimo modelado de marionetas y escenarios aparte, notamos que una visión cuadriculada del mundo ya ha triunfado.
Los canes se mueven en manada simétrica de cinco, buscando las pocas sobras que les llegan del otro lado del teleférico, y se comportan como animales salvajes pese a tener un perfecto vocabulario y capacidad de razonamiento.
El Alcalde Kobayashi lo ha conseguido entonces: los antiguos mejores amigos del hombre ya no son más que ratas grandes, desligados de todo contacto humano y tan violentos como los que les han abandonado.

Pero un jovencito japonés aterriza en la isla, de nombre Atari, buscando a su perro Spots.
Chief y su pandilla recuerdan entonces lo que era cuidar de un amo: ayudarle, protegerle, confortarle.
No dejarle solo.
Siguen echando a votación si tienen que rescatarle de los perseguidores de su tío Kobayashi, pero ya carece de sentido, pues está en el corazoncito de un perro cuidar siempre de aquel que esté más desfavorecido.

La alegre cháchara que comparten Rex y los demás por tener por fin un amo a quien ayudar, sin embargo, contrasta con Chief y su naturaleza de perro callejero, siempre recordada a la mínima oportunidad, elemento diferenciador que marca una distancia emocional y, de alguna manera, le roba eso que todo perro desea.
Permanecer vigilante, acompañar, sentarse, coger el palo… son diversiones en las que él nunca se ha imaginado, por mucho que pueda imaginarse con facilidad las de todos los demás (sobre todo de la perrita Nutmeg, por muy increíbles que sus trucos puedan sonar).
Y aquí es cuando el control de Wes Anderson demuestra ser tan eficaz para resaltar, sin apenas palabras, de manera “plana” pero tremendamente emotiva, la sensación de calidez, afecto y gratitud que inunda a un perro cuando su amo le considera alguien imprescindible, o casi un igual.

Son momentos así los que vertebran la progresiva metamorfosis de Chief, y a la postre los que hacen de ‘Isla de Perros’ una aventura de esas que da gusto contemplar (vale repetirlo una vez más: aún a pesar de los maravillosos diseños, las simetrías imposibles y las temibles fisonomías con las que sus villanos se expresan).
Todos los personajes son Chief, a su manera.
Niños que no se dan por vencidos por mucho que toque andar, jovencitas que un país extranjero quieren revolucionar, y perros que quizás han hecho mal pero, maldita sea, no lo podían evitar.
Seres vivos e inquietos, que escapan a la tiránica simetría imperante y dicen que sí, que merece la pena dejar de ser un solitario y preocuparse por los demás, aunque a veces eso mismo se tenga que luchar.

Ahí queda para eso esta maravillosa fábula, infinita y detallada, sobre un Japón imaginado, que renuncia a que puedas entender el lenguaje, porque todo lo que merezca la pena decirse entre un perro y su dueño no necesita de palabras.
Y al final, incluso… ¿está ese perro tapando al otro, la emoción ha ganado la partida frente a la simetría?

Wes Anderson, perro viejo, nunca dejes de realizar tus trucos que nos hacen imaginar.
Charles
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow