Cuesta creer que el regreso de Adolf Hitler pueda ser una circunstancia tan trivial como se aparenta aquí.
El antiguo líder del Tercer Reich vuelve a la Alemania del presente, y por mucho que hayamos leído y discutido sobre él no deja de ser una reliquia del pasado, o un ingenuo chiste.
Cabe preguntarse: ¿de qué manera llegó al poder en primer lugar?

'Ha Vuelto' supone primero una mirada inocente a la vuelta al ruedo de Adolf Hitler, y después una meditación más profunda sobre su posible regreso.
En cuanto reaparece, es recibido por jóvenes que desconocen su legado, y turistas que le toman por atracción de épocas pasadas. Nadie le toma en serio, porque es una figura lejana, inofensiva y privada de poder en el presente.
El tiempo no perdona a la irrelevancia política y la mofa por lo inmediato. "Nadie es tan tonto como para tomarse en serio eso", pensamos todos.

Pero entonces un periodista en busca de su salvavidas mediático encuentra en el regresado su oportunidad, dando voz a quien solo era un loco parecido al líder nacionalsocialista.
A partir de ahí, tiene lugar un viaje en carretera que abunda en las típicas coñas del viaje temporal ("oh, la tele, qué invento"), pero a la vez permite, desde la ingenuidad y el humor, esbozar una Alemania decadente e insatisfecha: tomamos al Hitler de pega como una broma bien ejecutada, pero la gente casual que se encuentra, al percibirle de la misma manera, también expresa sus pensamientos con más libertad, tocando extremos racistas y discriminatorios. Al parecer, no importa expresarlos, mientras parezca que se lo dicen a un buen imitador del antiguo Führer, y no al verdadero.
La estética de vídeo internetero, de broma viral, también ayuda a tragar la barbaridad, como siempre, hasta que es demasiado tarde.

Una televisión hambrienta de relevancia toma los argumentos del viejo líder nazi como incendiarias bombas de la opinión pública. Y sí, puede que se vulneren muchas libertades, que todo lo que se dice no sea correcto, pero la gente lo ve sin falta con un ansia morbosa.
La película se permite incluso flirtear con la parodia a 'El Hundimiento', dejando claro lo fácil que se puede tomar a broma el drama del pasado, reproduciendo todo un espectro de parodias con naturaleza YouTube, y sin dejar de preguntar si somos lo suficientemente capaces para rechazar un absolutismo fascista, por muy inofensivo que se nos presente.

Lo que había sido una comedia sin aristas, cómoda, fácil, como las burlas que le dedicamos a un régimen que nunca vivimos, se torna una fábula siniestra sobre nuestra inconsciencia política, cimentada en nuestro miedo callado y mudo convencimiento de que no se puede repetir una Alemania de 1940.
¿Que vuelva Hitler al poder, que dejemos su racista ideología en plena libertad de pensamiento?
No, no, cómo se te ocurre.
Eso sí, no nos parece preocupante la atracción principal de un programa de humor que utiliza las bromas para propagar pensamientos discriminatorios, y al cual daríamos todas las posibilidades para convertirse en fenómeno de masas.

Quizá lo más aterrador sea comprobar que, como dice el propio Hitler, nunca se ha ido, sino que vive un poquito en todos nosotros.
Pero mientras siga siendo ficción irreverente que no nos pueda tocar con consecuencias reales está bien reírse de él... ¿no?