Entre risas y sonrisas el mundo del cine boca abajo.

Una idea central originalísima muy bien mantenida en pie desde el principio hasta el final.

Una búsqueda de allanar neurosis, de descabalgar los miedos y del amor... de esa chica preciosa que el buen payaso Woody ha de conquistar como quien no quiere la cosa, igual que hacía Chaplin, Keaton, Jerry Lewis, qué sería el mundo si el torpe bufón no se lleva a alguna favorita...

Sí, es muy divertida, pero si se quiere un punto triste: Woody no volverá a salir con chicas más jóvenes, su especialidad en el cine y en casa, cuando hace esta película tiene sesenta largos y ahora, 2008, 73: desde que hiciera esta peli no le volvimos a ver más ligando ni intentándolo, plenamente asumida la posibilidad de ridículo. En las siguientes película trabaja con gente directamente joven, él ni se asoma y si lo hace es como en Scoop junto a la hermosa Scarlet en plan papaíto todo corazón, gran personaje cómico, pero ni esto de posibilidades de indagar en el portentoso bañador rojo de Johansson...

Vista así, esta espléndida comedia tiene otro color, la de la amarga despedida conscientes del tiempo que ya no volverá. Aunque, claro está, los amantes del cine siempre podemos regresar a la época que queramos: al menos en la pantalla dominamos a plena voluntad el paso del tiempo.