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España España · Jerez de la frontera
Voto de DavidFilme:
9
Thriller. Drama Mildred Hayes (Frances McDormand), una mujer de 50 años cuya hija adolescente ha sido violada y asesinada, decide iniciar por su cuenta una guerra contra la Policía de su pueblo, Ebbing, al considerar que no hacen lo suficiente para resolver el caso y que se haga justicia. Su primer paso será contratar unas vallas publicitarias denunciando la situación y señalando al jefe de policía, William Willoughby (Woody Harrelson), como ... [+]
24 de enero de 2018
20 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Tres Anuncios en las Afueras" es una interesante y brillante tragicomedia, dirigida por Martin McDonagh y protagonizada por Frances McDormand. Un drama sobre el dolor y la ira con mucho humor, todo se mezcla en simbiosis fabulosa, deriva en un fresco punzante de la América profunda. Una magistral (Frances McDormand) en su mejor papel en pantalla, interpreta a Mildred, una madre que acaba tomando una actitud inusitada tras meses de espera y de ver como la investigación por la muerte de su hija no avanza y todavía no hay rastro del culpable. Siete meses atrás, Mildred perdió a su hija víctima de un brutal crimen que sacudió la ciudad. Como el caso estaba siendo dejado de lado tanto por los medios de comunicación como por la propia policía, ella decide alquilar tres vallas publicitarias para presionar al sheriff (Woody Harrelson), que aparentemente parece estar demasiado relajado y poco involucrado en la resolución del asesinato. Sin embargo, el Sheriff Willoughby reacciona y se reúne con Mildred para explicarle que lo ha intentado todo, además de pedirle que retire los carteles. Mildred se niega, una decisión que, en un principio, pudiera verse como de una mujer sin corazón, fría, enseguida comprenderemos que la realidad es muy diferente, simplemente no puede permitirse el lujo de ser amable.

Vemos a una mujer que lo ha perdido todo, a su hija, a su marido, (ahora saliendo con una adolescente de 19 años) y, a su hijo, enojado, porque las vallas le han vuelto a reabrir las heridas por el recuerdo de su hermana. De ahí que, a nuestra anti heroína Mildred, solo le quede la ira y mantener el asesinato de su hija públicamente. Sin embargo, la venganza puede traer consecuencias inesperadas. Mildred Hayes ha sido violentada y debe ser expiada. No utiliza armas para castigar a los perpetradores, sino tres grandes vallas publicitarias. Ella no utiliza las balas para combatir sino las palabras. El director intenta transmitir en esta cinta un sentido de la venganza diferente a lo acostumbrado en películas sobre este género. Durante mucho tiempo, el cine estadounidense nos ha enseñado que la violencia es la mejor arma para hacer justicia. McDonagh no está muy convencido de ello y encontró una manera magistral de compartir sus dudas. Al mismo tiempo, hace una sutil crítica al abuso de poder de las fuerzas policiales estadounidenses, las cuales parecen demasiado ocupadas haciendo la vida imposible e insoportable a las personas de color, en lugar de preocuparse por mantener la ley y el orden. El personaje que mejor encarna la ambigüedad de la relación de los estadounidenses con su fuerza policial es el interpretado por (Sam Rockwell) que aparece como un individuo particularmente detestable.

Una historia abrasiva, en la que se entrecruzan personajes desgarrados y amargados, salpicada de humor cáustico y de momentos de ternura profunda, y en la que asistimos a ciertos pasajes de lucidez extrema. Diálogos secos, sin ninguna concesión a envoltorios suavizantes. El film se mueve en dos planos. Uno individual, en el que se deslizan las historias de los personajes y otro más coral, en el que el director satiriza la parte más reaccionaria no solo de la América profunda, sino de todo el mundo. Y en medio de toda esa rabia y estulticia, asistimos a la evolución de un personaje que, en cierta forma, abre un atisbo de inteligencia y redención de la que tan necesitado está a veces el ser humano. La Banda sonora es fundamentalmente country de gran nivel y que enlaza perfectamente con ese pueblo sureño, con vestigios de racismo, homofobia y violencia. Todos los aspectos de la cinta tienen una factura exquisita pero me gustaría destacar especialmente su fotografía. Ben Davis hace un magnífico trabajo en el trato del color oscureciendo los momentos tristes, llenando de luz los alegres o incomodándonos con esos sutiles toques rojos cuando algo malo amenaza con ocurrir. Todo, en cada plano, acompaña el sentido y sensaciones de la historia y, en consecuencia, el espectador lo toma como suyo viviendo todo como si realmente fuera un habitante más de ese pueblo.

Las actuaciones son inmejorables, los personajes están maravillosamente dibujados, incluso los secundarios, son ambivalentes y van más allá de los clichés con los que inicialmente fueron creados. A través de diálogos absolutamente magníficos y dolorosamente honestos, atrapando al espectador desde un inicio por su impecable desarrollo narrativo. Apenas se siente el peso de la película en las espaldas de Frances McDormand, a pesar de que acapara cada plano, cada escena con su espectacular interpretación. Alejada de lo políticamente correcto, Mildred Hayes es todo un ejemplo de mujer batalladora que cree en sus convicciones y no teme nada. Woody Harrelson, interpreta al "poli bueno" el jefe de policía Willoughby, una figura incorruptible de Ebbing, ciudad pequeña perteneciente a Missouri. Sam Rockwell es el (poli malo) ayudante de Willoughby, encarna al oficial Dixon, con una interpretación extraordinaria. Dixon es un sujeto torpe, racista, homófogo y completamente inmaduro. Sin embargo, McDonagh consigue realizar un increíble ejercicio de contorsionismo en el guion para jugar de manera prodigiosa con la evolución y el desarrollo de este personaje, como si se tratara de un fascinante truco de magia. La presencia de Sam Rockwell centra toda la atención de la pantalla cuando McDormand no aparece en escena.

En definitiva, es una película que toca varios palos a la vez, no sólo el tema de la violencia dentro de la familia, sino también habla de racismo, de amistad, del amor... Un film irónico, mordaz e incluso con escenas que provocan risas, mostrando el ser bondadoso de los habitantes de Ebbing. Posteriormente, se convierte en el pensamiento lógico de la inutilidad de la violencia. Para llegar al final, donde varios personajes soportan un dolor emocional y físico extremo. En el desagradable y sangriento desenlace donde hay momentos de expiación y redención.
DavidFilme
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