Uno de los mayores éxitos de Warren Beatty fue "Bonnie and Clyde" (1967). Así que 24 años después, el viejo de Beatty debió de pensar: "Hey, "Uno de los nuestros" ha funcionado. La mafia vuelve a estar de moda. Quizás si hago una película para MI y en torno a MI sobre un personaje tan egocéntrico como yo, me embolse un par de milloncejos. Ya hice el estúpido con un gabán amarillo. Ahora volvamos a hacer de malo, que es lo que me gusta".

El problema es que Beatty chupa tanta cámara que aburre. Y no te lo crees en su papel de gangster. Guaperas, si, pero un gangster. Además se le nota muy mayor. Y se supone que un gangster debe de ser un criminal que no le importe saltarte la tapa de los sesos si cree que eso le va a beneficiar. Debe de imponer una cierta clase de "respeto", como si fuera un animal peligroso. En este caso Beatty no lo consigue. Más de una vez te preguntas como un tipo así puede convencer a los grandes de la mafia para invertir en las Vegas en lugar de haberle pegado un tiro para que los dejara en paz.

El resto del reparto tendrá mucho nombre pero como salen tan poco pues uno no sabe si lo han hecho bien, mal o regular. Más que actuaciones parecen cameos.

Annette Bening está imponente en el aspecto físico. En el interpretativo, la he visto haciendolo mejor otras veces.