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Voto de Grijander:
7
6,4
20.998
Intriga
Nick Wells (de Niro), un ladrón profesional, proyecta un robo tan complejo que se ve obligado a buscar la ayuda de un hábil cómplice (Norton), vulnerando así la regla de oro de su trabajo: actuar siempre solo. Además, este golpe echaría por tierra los planes de Nick de abandonar el mundo del crimen para irse a vivir con su novia. (FILMAFFINITY)
14 de junio de 2012
13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
The Score no es una gran película. No llega ni al calificativo de muy buena película. Tal vez sí alcance a ser una buena película. Pero ojo, tiene a Marlon Brando, Robert de Niro y Edward Norton. Orgasmo absoluto.
Frank Oz, director de comedias, cambia radicalmente de género y firma The Score. Sí, digo "firma" y no "filma" porque Marlon Brando no quería ser dirigido por Oz, a quien consideraba un director sin talento. Por eso, es de Niro quien dirige las escenas en las que aparece Brando y muchas otras, puesto que el considerado "mejor actor de todos los tiempos" en ocasiones se negaba a abandonar el set de rodaje para que Frank Oz no tomara el control. Lo cierto, sea Oz, de Niro o ambos quienes dirigen, es que es una película de poco trabajo en cuanto a la dirección. Esto sucede porque el genio (en realidad fueron varios, entre guionistas, productores y creadores de la historia) que dio vida a la película hizo la soberana cagada de hacer una película de historia y no de personajes, cuando tenía en dos metros cuadrados a los tres mejores actores de sus respectivas generaciones y, sin duda, a tres "Top Ten" de la historia. El guion es bastante simple, nada alejado de las clásicas películas de robos: propuesta, preparación, ejecución y giro. Me parece absolutamente lamentable conseguir la participación de esos tres gigantes de la interpretación y hacer una película llena de convencionalismos.
Robert de Niro está soberbio. Se le da muy bien hacer de todo porque consigue que en todos sus papeles se vea algo de sí mismo, logrando así un realismo atroz en sus personajes. Marlon Brando, fabuloso en un rol secundario al que nunca pudo acostumbrarse. El gigantesco actor no tiene demasiado trabajo, pero le sobra con medio segundo para demostrar al mundo lo que es crear un personaje desde cero. El tema, aquí, está en que el tercer nombre (co-protagonista, junto a de Niro) es Edward Norton, un actor al que no se está valorando en su justa medida. Norton no tiene absolutamente nada que envidiar al mejor de Niro, al mejor Gregory Peck y, tampoco, al mejor Marlon Brando. Dentro de unos años se hablará de Norton como uno de los mejores de todos los tiempos, pero parece pecado mortal decir algo así tratándose de un actor joven que todavía tiene muchísimos años por delante en el mundo del cine. Aquí, en cada cara a cara con de Niro, Norton lo devora, aunque sea absurdo valorar esto como si se tratara de una competición.
Frank Oz, director de comedias, cambia radicalmente de género y firma The Score. Sí, digo "firma" y no "filma" porque Marlon Brando no quería ser dirigido por Oz, a quien consideraba un director sin talento. Por eso, es de Niro quien dirige las escenas en las que aparece Brando y muchas otras, puesto que el considerado "mejor actor de todos los tiempos" en ocasiones se negaba a abandonar el set de rodaje para que Frank Oz no tomara el control. Lo cierto, sea Oz, de Niro o ambos quienes dirigen, es que es una película de poco trabajo en cuanto a la dirección. Esto sucede porque el genio (en realidad fueron varios, entre guionistas, productores y creadores de la historia) que dio vida a la película hizo la soberana cagada de hacer una película de historia y no de personajes, cuando tenía en dos metros cuadrados a los tres mejores actores de sus respectivas generaciones y, sin duda, a tres "Top Ten" de la historia. El guion es bastante simple, nada alejado de las clásicas películas de robos: propuesta, preparación, ejecución y giro. Me parece absolutamente lamentable conseguir la participación de esos tres gigantes de la interpretación y hacer una película llena de convencionalismos.
Robert de Niro está soberbio. Se le da muy bien hacer de todo porque consigue que en todos sus papeles se vea algo de sí mismo, logrando así un realismo atroz en sus personajes. Marlon Brando, fabuloso en un rol secundario al que nunca pudo acostumbrarse. El gigantesco actor no tiene demasiado trabajo, pero le sobra con medio segundo para demostrar al mundo lo que es crear un personaje desde cero. El tema, aquí, está en que el tercer nombre (co-protagonista, junto a de Niro) es Edward Norton, un actor al que no se está valorando en su justa medida. Norton no tiene absolutamente nada que envidiar al mejor de Niro, al mejor Gregory Peck y, tampoco, al mejor Marlon Brando. Dentro de unos años se hablará de Norton como uno de los mejores de todos los tiempos, pero parece pecado mortal decir algo así tratándose de un actor joven que todavía tiene muchísimos años por delante en el mundo del cine. Aquí, en cada cara a cara con de Niro, Norton lo devora, aunque sea absurdo valorar esto como si se tratara de una competición.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Resumiendo, que es gerundio: rutinario thriller de atracos, engaños y situaciones tensas que cuenta con el mejor trío protagonista que se ha visto en el cine, siendo además los mejores actores de tres generaciones consecutivas. Tenerlos y no hacer que exploren su vida y sus emociones es un pecado capital. Eso no es culpa de Oz, ni tampoco podemos culpar a de Niro. Ni a los guionistas, que escribieron el guion sin saber quién iba a hacer la película. Podemos y debemos culpar a quienes cazaron a tres bestias salvajes de la interpretación y las metieron en jaulas diminutas. Eso no se hace.