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Voto de Argoderse:
9
Drama. Comedia Stan (Steve Coogan) y Ollie (John C. Reilly), conocidos en castellano como "El gordo y el flaco", se embarcan en su gira de despedida ahora que su época dorada parece haber quedado anclada en el pasado. Con la ayuda de sus respectivas mujeres, Lucille (Shirley Henderson) e Ida (Nina Arianda), ambos logran conquistar al público de las salas de Reino Unido gracias a su peculiar manera de interpretar y de entender el mundo. Este biopic ... [+]
18 de marzo de 2019
22 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desconocía por completo esta parte de la historia de El Gordo y el Flaco. Con lo cual, la película de Baird ha sido todo un descubrimiento delicioso, pues está rodada con mucho cariño, con alma, y eso sobrepasa la pantalla. El director saborea cada escena y nos lo hace saber con las imágenes. Desde ese plano secuencia del principio, en el que los dos protagonistas se encuentran en la cima de Hollywood rodando una de sus películas, hasta ese apoteósico final que recientemente solo he visto en Bohemian Rhapsody, entendiéndola como una película de similares características.

Aparte de la emotiva historia proyectada, la obra es superlativa gracias al trabajo de Steve Coogan (24 hours party people, Philomena), que está descomunal. Coogan es un actor al que siempre me placer verle. Posee esa característica de hacer reír sin aspavientos. Como su compañero de reparto, John C. Reilly. Un actor que lo mismo te conquista con Chicago, Gangs of New York o La delgada línea roja, que con Cyrus y Un dios salvaje. Camaleónico y convincente, en El Gordo y el Flaco es la viva representación de Oliver Hardy.

Los dos son pura química. Hay complicidad. Y si faltaba algo era el contrapunto femenino, que lo ponen afortunadamente Nina Arianda y Shirley Henderson. Dos actrices que secundan a la perfección al dúo protagonista. Juegan un papel ambivalente a lo largo de la gira, pues a veces son el pilar de sus parejas y otras el elemento desestabilizador. El ying y el yang que acaban completando las pequeñas apariciones de Danny Houston y otra grata sorpresa como Rufus Jones.

El Gordo y el Flaco (Stan & Ollie) tiene, pues, un trabajo humano sensacional. Reparto y equipo técnico son superlativos. Pero es que la película, en cuanto a su contenido, es un placer. Jon S. Baird ya había adaptado de forma notable anteriormente la obra de Irvine Welsh, Filth el sucio. Y aquí, en un apartado totalmente distinto, también logra enganchar con un filme que tiene aroma a otro tiempo. Al origen del cine. A esos estudios repletos de extras, decorados, actores y la magia del Hollywood de siempre. Algo así a lo que ya retrató Peter Bogdanovich en Así empezó Hollywood.

Una película que, pese al aluvión de biopics en el que vivimos, es entrañable, maravillosa y muy emocionante. Con suma sencillez, asumiendo los riesgos justos, Jon S. Baird te lleva al borde de la lágrima gracias a su particular homenaje a estas dos leyendas del cine. Un arte que, como El Gordo y el Flaco, es eterno.

Más datos sobre esta y otras películas en www,argoderse.com
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Argoderse
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