Fisher después de unos cuantos fracasos regresa a hacer la tercera película sobre Drácula, aunque la segunda ni siquiera aparecía el conde.
La primera parte es aburridísima, en parte porque se centra en personajes insulsos. La segunda parte mejora un poco las cosas cuando se acuerdan de Drácula, que igual sale solo 15 o 20 minutos, como mucho.
Lo peor: que sigue a Charles, Helen, Diana y Alan, personajes planos, tontos y mediocres. No provocan interés ni empatía.
Que Drácula no hable más allá del debate/polémica entre el guionista y Christopher uno sosteniendo que nunca escribió diálogos para el personaje y el otro que se negó a decirlos por parecerle estúpidos. Lo considero un desacierto, parte del encanto de Drácula era su voz, no verlo solo como una bestia sedienta de sangre.
La "heroína" Diana es el cliché de la damisela en peligro que solo sabe gritar, llorar y desmayarse.
Lo mejor: Sandor, también Klove, a quien lo podrían haber aprovechado un poco más, para mí es el verdadero villano de la película por sobre Drácula.