Probablemente esta sea la mejor película de Burton, donde trata lo fantástico en forma irónica, y el realismo en forma patética, todos los personajes son frustrados, que fueron y ya no son, y los que quieren ser y nunca serán, además de personajes de una sencillez al borde de lo grotesco sin llegar a hacerlo.
Muy interesante la forma en que maneja el tema sexual en el personaje de Bill Murray.
Y sobre la visión de Ed Wood es edulcorada y complaciente, enfocándose más en su carrera que en su personalidad, al contrario del resto de los personajes donde las personalidades, deseos y carencias están debidamente retratados.