Casi todas las secuelas, suelen ser innecesarias, y ésta para nada es la excepción, al contrario, viene a confirmar el dicho con creces.
La única forma de explicar este absolutamente ridículo refrito, es por las muy buenas ganancias que dejó la 1, aunque ésta se aleja mucho de la misma, ya que se centra en el asesino, en vez de centrarse en las victimas como la primera, en la primera mal que bien, había personajes, en ésta solo hay carne de cañón, esperando ser la próxima victima del cazador.
La historia en sí, más bien es una parodia de la primera, llena de efectos y escenas grandilocuentes, que en vez de sumarle algo, le restan y mucho.
Es de una previsibilidad chocante, ya que todo es obvio, sabemos desde el primera momento qué va a pasar y como.
El contrario al cazador que se supone tendría que ser el héroe, es un pobre pusilánime, sin chance alguna siquiera de presentarle batalla al asesino, no es esa la meta de la película, si no que el cazador, se luzca torturandolo de todas las formas posibles.
Los diálogos dan vergüenza ajena, y muchas de las situaciones, también.