Hay que hacer algo interesante para una sexta entrega, ya qué más podés inventar y qué jugo le sacas al villano.
Acá se entrega por completo al humor negro y a lo onírico y lo aprovecha mucho más que en entregas anteriores.
Lo peor: como en toda franquicia del terror tiene que rellenar e inventarle al villano un trasfondo digno de culebrón, todos los villanos icónicos del cine de terror: Michael, Jason, Freddy, terminaron inventándoles familiares para darle algún sentido a su maldad y poder seguir estirando la historia.
El CGI es antiguo para su época, no sé si por falta de presupuesto o quería ser un homenaje a como se realizaba los efectos especiales de forma artesanal, como sea se ven mal y n consiguen lo que se proponen.
Lo mejor: algo que siempre tuvo la saga fue que a las víctimas les daban, tenían su evolución, su identidad, no eran solo carne de cañón, ni un número más que se iba acumulando como en Friday 13.
La película es una de las primeras en romper por completo con los 80s, su estética es bien de principios de los 90s, tiene toda esa aura grunge y videoclipera en el buen sentido.
Los cameos de Rossane Barr, Tom Arnold y Johnny Depp.