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España España · Pasajero 58
Voto de floïd blue:
2
Drama Ethel y Norman Thayer son un anciano matrimonio que pasa sus vacaciones en un paradisíaco lugar, "el Estanque Dorado", entre los bosques y al lado de un lago. Norman, un hombre muy activo, soporta muy mal las limitaciones de la vejez y la cercanía de la muerte. Inesperadamente, llega de visita Chelsea, la hija de los Thayer, que siempre ha mantenido unas relaciones muy tensas con su padre. (FILMAFFINITY)
18 de julio de 2017
19 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
Increíble. Siendo ésta una auténtica americanada, pero de las gordas, es curioso que esos usuarios críticos que no pierden ocasión para quejarse del cine americano de acción llamándolo “americanada” en plan peyorativo, o sea, una mierda, ante esta película que, insisto, es una auténtica americanada, se rindan en elogios y se gastan dieces y nueves alabando todo lo que sale. Está claro que esto viene a decir que el buen cine está en las americanadas de acción y que hay que dejarse de tonterías enternecedoras y falsas emociones porque este tipo de películas se hacen como homenaje a viejas glorias ya retiradas, un poco para que estiren las piernas, como se suele decir, y lo malo es que casi nunca tienen nada que contar, y para no contar nada por lo menos que haya un pelín de acción. En este caso era evidente que para esta pareja lo mejor era que hicieran del típico matrimonio yanki bien avenido, él protestón, republicano por supuesto, como americano de pro, hecho a sí mismo, orgulloso y prepotente, y ella una mujer que se ve que le ha servido siempre como buena ama de casa, en su rol de esposa americana inteligente, aguda, sagaz, y todo eso que acostumbramos a ver en las películas americanas sentimentales. Está muy bien para aquellos que les guste mucha ternura tras esas rencillas generacionales, pero que para algunos lo que hay, pues como que no hay nada porque evidentemente, a esas edades ya no se puede esperar más que estar preparado para entregar la cuchara.

Los personajes están estereotipados al máximo para que brillen sus interpretaciones pero en realidad estas interpretaciones se basan en diálogos tan necios como hablar de patos en el agua y mira aquí y mira allá, qué lindo, ¿es verdad que eres muy buen pescador, abuelo? Y cosas así que sí, muy bonitas pero que dan igual porque oír eso en una película te llena sólo si te importan. Y si no, atentos a la confesión que le hace el yerno al señor Fonda en un momento de debilidad mental: “A su hija y a mí nos gusta dormir juntos”. Te quedas de una pieza. ¿No me jodas, de verdad? Igual es que pensaba el lolaila que el matrimonio anciano dormía uno en la barca y el otro en las ramas de los árboles. No sé, es que de tonterías ya está uno cansado. Para esos diálogos no metas secuencias largas dándoselas de tan tonto al maromo. Y es que uno pues como que ve mucha diferencia con la realidad social española, por ejemplo, más hasta los cojones del uno, del otro y del de más allá... No sé, cada uno que lo entienda como quiera.

En concreto, lo único valedero de la película es la presencia de Jane Fonda en bikini y para de contar, pero para eso tampoco hacía falta hacer una película; por cierto, ya se podía haber llevado bien en la vida real con su padre, pero debió ser un poco estirado el tío. Nada más. Y que nadie piense que la vejez es una victoria porque la vejez, lo que es, es una derrota.
floïd blue
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