Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Antonio Morales:
8
Comedia Japón, años 50. Como todos los días, los miembros de una familia se disponen a afrontar sus problemas, sueños y realidades. El padre, con los altibajos de su trabajo y las exigencias que impone la educación de los hijos. La madre, administrando los ingresos familiares y atendiendo a las múltiples complicaciones de la vida doméstica. Y los hijos obsesionados por tener televisión en casa, y uno de ellos enfrascado en sus estudios y ... [+]
5 de enero de 2014
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como la de cualquiera de sus películas, la peripecia argumental de “Buenos días” se puede resumir en un santiamén: dos pequeños hermanos que viven en un barrio periférico de Tokyo, fascinados por la televisión, insisten continuamente a sus padres para que les compre un receptor; éstos se niegan, “la televisión idiotiza”, le replican sus padres. Tras una de las discusiones, el padre les manda callar, y los niños deciden hacer una huelga verbal. A su vez, una serie de “historias secundarias” cotidianas de vecindad salpican el argumento.

La película posee una especial riqueza descriptiva, la puesta en escena en general, tampoco se aparta un ápice de la de sus otros films, ni un solo movimiento de cámara y el imperturbable emplazamiento de ésta a la altura del ojo de un hombre sentado sobre el tatami, un montaje que se ciñe a una sucesión de cortes, sin la menor concesión a fundidos o encadenados. La utilización extremadamente realista de unos decorados que se repiten de forma invariable y donde los objetos son cuidados de manera casi fetichista. Una dirección de actores con la que consigue desterrar todo asomo de sobreactuación, una minuciosa banda sonora, casi siempre naturalista, en la que la música jamás invade la “acción”; una estructura circular, que nos deja en el mismo punto del que partimos, simbolizado con los calzones tendidos a secar en una cuerda.

Esta película de Yasujiro Ozu es la más ligera y colorida del cineasta japonés, uno de los máximos creadores de la Historia del cine. De forma discreta y sutil, se puede apreciar en “Buenos días” una serena pero recóndita grandeza, una perfección minuciosa aunque sumamente modesta, una respiración fluida y armoniosa, un sentido del humor lleno de sabiduría; pero que a simple vista, no parece deslumbrar, y ni siquiera llama la atención como japonesa, porque trata de un Japón modernizado y con gran influencia americana, catorce años tras el fin de la Segunda Guerra Mundial. Es una versión actualizada, sonora y en color de una de las grandes películas que hizo Ozu en los años treinta, “Nací, pero…”, muda aún en 1932, mucho más original y divertida.
Antonio Morales
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow