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Voto de Antonio Morales:
2
Drama Adaptación de la novela homónima de Almudena Grandes. Lulú es una chica de quince años que sucumbe a los atractivos de Pablo, un amigo de la familia. Después de esta experiencia, Lulú alimenta durante mucho tiempo el deseo por ese hombre, que volverá a entrar en su vida años más tarde, prolongando así el juego amoroso de la niñez. Pablo crea para ella un mundo aparte, un universo privado donde el tiempo carece de valor. Pero pronto ese ... [+]
21 de agosto de 2016
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
No cabe duda de que este engendro fue un encargo erótico del productor Andrés Vicente Gómez para el malogrado Bigas Luna, que llevaba tres años sin dirigir, desde “Angustia”, su anterior película que, en mi opinión fue excelente. De todos es sabido que Bigas Luna fue un erotómano empedernido, además había filmado “Bilbao” y “Caniche” en su momento muy polémicas por su osadía, y seguramente por ese motivo un productor avispado como éste, aprovechó el éxito editorial y el momento del cine español en competir por el sexo más atrevido, para la adaptación de la novela “Las edades de Lulú” de Almudena Grandes, ganadora del premio “La sonrisa vertical” de literatura erótica.

Bigas Luna junto a la escritora, se dedicó a construir una banal y soporífera historia de amores frustrados e instintos sexuales destinada a generar buenos dividendos en la taquilla. No hay ni rastro del cineasta que conocía, en la construcción de situaciones y en la puesta en escena. Desde el montaje de las secuencias eróticas hasta la utilización de las elipsis es, en todo momento, zafia, sucia y sin ningún tipo de convicción, un deleznable y auténtico relato porno. Ese es el primer y más grave error, que el propio Bigas Luna no acaba de creerse la película, no es que le guste o no, la novela, es que no hace nada por llevarla a su terreno, el de la imaginación y el de las propuestas interesantes. El resultado es una anodina colección de escenas de cama ejecutadas por personajes sin entidad.

El film narra la relación entre la joven Lulú (Francesca Neri), (al parecer Ángela Molina, muy de moda entonces en papeles sexuales se escandalizó y abandonó el proyecto por lo escabroso de su tono) y el maduro Pablo (Oscar Ladoire), un amigo del hermano de la protagonista que con el tiempo se convierte en marido. Será Pablo el que la inicie desde muy pronto en los placeres del sexo, buscando nuevas emociones. Adaptando unos modos burgueses pese a la desinhibición sexual de la que hacen gala, la pareja se someterá a una nueva fantasía de Pablo, resuelta con una pobreza aplastante, pese a ser fundamental en el devenir de la trama.

Pero si en el cine de Bigas Luna, al que admiro, en otras ocasiones el sexo y el erotismo tenían un sentido lógico, aquí es un autentico despropósito porque en esta ocasión “se pasó unos cuantos pueblos”, con una catarata “in crescendo” de aberraciones, homosexuales, orgías privadas y perversiones sexuales (donde aparecen María Barranco, Javier Bardem y su madre), para mí desagradables, de unos personajes poco consistentes, cuando no esquemáticos que rozan el “porno duro”. El film está resuelto con desidia y sin chispa de emoción en una historia de amor y sexo que no hay quien se lo crea.
Antonio Morales
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