Se convirtieron en un producto financiero tóxico y ruinoso por la mala praxis de nuestros políticos (de todas las tendencias, pues para este tipo de chenchullos y enjuagues, no les exime la ideología), mangoneando a su capricho en la banca pública, que ellos presidían y gestionaban, de forma nada profesional, excesivamente politizada al servicio de los políticos y sindicalistas que decían representar a la sociedad cobrando sueldos desorbitados, cuando en realidad lo que hicieron fue arruinarlas por sus caprichos y préstamos ruinosos a sus empresarios y constructores amigos. Junto a la crisis financiera mundial y la explosión de la burbuja inmobiliaria, de ahí, el fraude cometido a una infinidad de gente humilde que depositaba su confianza y sus ahorros en un producto que desconocían, mal aconsejados por los asesores cercanos de siempre. De aquellas aguas llegaron estos lodos de las tarjetas black y del despilfarro de un grupo de canallas vividores de lo ajeno, que ha costado rescatar con muchos miles de millones de euros del erario público, o sea de todos los ciudadanos para salvar los ahorros de multitud de inocentes ahorradores. Este prefacio me parece imprescindible para entender en su total dimensión, económica y humana, los acontecimientos que se relatan en este film.

“El desconocido” es un interesante thriller psicológico que le supone a su director nobel, un debut contundente y eficaz, ambientado prácticamente dentro del vehículo del protagonista, por lo que supone un arriesgado “tour de force” del que consigue salir airoso. De la Torre nos presenta un retrato de la Galicia urbana y cosmopolita en un film trepidante, angustioso y asfixiante. Carlos (Luis Tosar) es un empleado de banca que goza de buena estima de sus superiores, vive en un barrio residencial de alto standing con una casa de ensueño. Un profesional moderno que basa su riqueza en el usufructo de los bienes de aquellos que confían ciegamente en él. Un impecable ejecutivo financiero pero también un buitre que es fácil que surja en una comunidad con signos ancestrales en la que se impone, el conocido de toda la vida.

En el fondo, lo que narra es el proceso de concienciación ética de un vendedor de preferentes a través de una situación de extorsión amenazante para él y sus hijos que lleva como cada día al colegio. Efectuada por un individuo que viene a representar, de forma inconsciente a una Galicia joven hastiada de la herencia recibida por parte de sus mayores, que a pesar de la tradición sumisa y conformista en la que se han criado, opta por enfrentarse directamente contra el poder establecido. Todo ello funciona, gracias a una excelente ejercicio de género, técnicamente impecable, con una seguridad y un dominio de la narración sorprendente para ser su primer film.

Sin apenas despegarse del lujoso BMW que conduce en todo momento Tosar (otro papel espléndido) junto a sus hijos, el cineasta logra construir una atmósfera tensa que te atrapa desde el principio. La bien filmadas persecuciones, la iluminación grisácea y metálica del clima coruñés, gracias al operador Josu Incháustegui que no sólo refleja la niebla y la lluvia gallega, sino que confiere al film un aire urbano hiperrealista, Todo ello me parece muy elogiable, para ser el debut de un cineasta al que auguro grandes trabajos.