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Voto de Antonio Morales:
7
Drama Basada en hechos reales. Philomena Lee, una adolescente irlandesa que vivía en un internado de monjas, se quedó embarazada y se vio obligada a dar a su hijo en adopción. Cincuenta años después, decide contárselo a su hija y se pone en contacto con un periodista de la BBC para que le ayude a contar su historia y a encontrar a su hijo. (FILMAFFINITY)
7 de enero de 2016
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando te arrebatan o pierdes a un hijo es como si perdieras parte de ti mismo y de tu alma. Eso es lo que nos intenta transmitir acertadamente el cineasta Stephen Frears, gran director en tratar temas humanos, recordemos sus más ilustres trabajos: “Las amistades peligrosas”, “Café Irlandés” o “The Queen”. Partiendo de una historia real, la de Philomena Lee, una mujer que, cincuenta años después, quiere encontrar al hijo que le fue arrebatado por las monjas de un convento en el que vivió de adolescente, Frears nos brinda una película modesta e intimista pero sentida y desgarradora. Para ello se basa en el libro “The lost child of Philomena Lee”, de Martin Sixsmith, el periodista que la ayudó en su búsqueda siguiendo la pista hasta los EEUU, personaje (Steve Coogan) coprotagonista junto a la propia Philomena (Judi Dench). Por otro lado, hay también una velada denuncia de los métodos poco delicados y cristianos con que en algunas ocasiones, la jerarquía católica ha valorado más lo material que lo espiritual.

A pesar de tener un material humano de una potencia y de un dramatismo sin parangón, Frears rehúye cualquier atisbo de blandenguería lacrimógena y aparatosa para apoyarse en un guión que contiene todos los elementos del melodrama clásico, otorgándole un toque de elegancia y pulcritud británica, todo funciona con una precisión descriptiva sorprendente pero eficaz. Aunque existe algún “flash back” describiendo la vida en el convento de la joven, muy elocuente en todo caso, el film se centra en el proceso de investigación que madre y periodista llevan a cabo. Dos personajes dispares cuya relación, es tomada como epicentro de la construcción dramática del film. Se trata de dos personas que nada tienen en común, uno es ferviente religioso (Philomena) y el otro es un ateo convencido (Martin), unidos para llevar a cabo un trabajo que beneficiará a los dos: para ella, conocer el paradero de su hijo; y para él, publicar un libro sobre lo ocurrido que le devuelva la credibilidad profesional tras haber sido expulsado como asesor del Partido Laborista del Reino Unido.

Con esta extraña pareja al mando del argumento todos los demás elementos van encajándose en el film sin dificultad alguna. A medida que Philomena y Martín irán averiguando la vida y amistades del hijo perdido, la relación en cierto modo, entre la madura mujer y el periodista se irá también estrechando, algo cercano pienso yo, a una noble labor por descubrir la verdad, salvando claro está las distancias, pues además de la labor meramente profesional surge una amistad sincera y sentida que el propio periodista luce en más de una ocasión, al conocer lo que verdaderamente ocurrió con aquel niño arrebatado que su madre sólo pudo ver por última vez tras los cristales traseros de un lujoso coche que observó cómo se alejaba entre el frondoso bosque que rodeaba aquel convento, un lejano día de mitad del siglo pasado.
Antonio Morales
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