18 de julio de 2007
12 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya desde el principio, nada más ver ese pesebre vecino al del auténtico Mesías; nada más ver a esa supuesta "madre" hombruna de Brian, antipática, con sombra de barba y voz desagradable, increpando a los Reyes Magos por haberse equivocado de pesebre y retirarle los regalos al niño, ya se hace uno a la idea de la mordaz y desternillante parodia que es esta película.
Brian crece como un muchacho vulgar, despistado y sin el menor deseo de convertirse en mártir. Mientras todo el mundo lo confunde con el Mesías y se empeñan en perseguirlo, o en venerarlo, o en formar sectas a su alrededor... Total, que sin comerlo ni beberlo se crea un gran alboroto en derredor de su más bien patética figura, y él lo único que desea es llevar su vida normal y que lo dejen en paz.
Perseguido por los romanos y por judíos incrédulos, asediado por seguidores y fanáticos, se verá metido en un montón de situaciones ridículas. Hay un montón de escenas memorables, pero yo me quedo con las del sermón de la montaña, la de Poncio Pilatos y la del anciano que había hecho voto de silencio.
Audaz y esperpéntica crítica a la ceguera de los fanatismos (de cualquier tipo de fanatismo que pueda existir), que siempre son absurdos, y a la costumbre humana de tergiversar y darle la vuelta a todo, complicando cosas que en un principio son sencillas y razonables. Una simpática forma de reírnos de nuestras propias costumbres.
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?