Ti West nos vuelve a sorprender con algo que se le da muy bien, el género de terror, que ya ha trabajado en varias ocasiones, como en: Cabin Fever 2: Spring Fever (un despropósito casi a la altura de su creador original, Eli Roth) o La Casa del Diablo (en la que se habla de sectas en los años ochenta y que no es una maravilla pero mantiene la tensión del espectador). Ahora nos llega “X”, un claro homenaje a los slasher de los setenta y de los ochenta, mostrando, desde el inicio, imágenes parecidas a La Matanza de Texas o Viernes 13. Además West aborda un tema que vuelve a estar de moda, el de la vejez y el sueño de ser eternamente joven y deseable. Esto, mezclado con sexo –que no puede faltar en estas cintas- y que West graba de forma magistral, con imágenes que podemos sentir como de esos años, cómo si se grabaran con las cámaras de antaño, nos retrotrae a una década en la que las reglas del juego eran otras. El director añade, a esta amalgama, el tema económico, algo que no suele mencionarse en los slasher de la época, pero que estaba a la orden del día. No se trata de jóvenes descerebrados que van a montarse una fiesta sin más, sino que estos van a ganarse la vida, aunque sea haciendo porno.

Ellas son jóvenes y sexis; Mia Goth (La Cura del Bienestar) y Brittany Snow (Prom Night) posan para la cámara de manera natural, antes de dar comienzo a la película porno que están grabando. Mientras tanto, una tímida Jenna Ortega (You; Scream) las observa desde un segundo plano anhelando formar parte del equipo, de sentirse igual que sus compañeras.

Al mismo tiempo, en esa granja apartada de todo –igualita a la de La Matanza de Texas- se encuentra el matrimonio que les ha alquilado la casa de huéspedes donde se encuentran filmando.

Llega la noche y con ella se desata la locura. Los protagonistas comienzan a salir, a pasease por los alrededores y a desaparecer y mientras se buscan unos a otros, el dueño, un hombre de edad avanzada, aparece armado preguntando por su mujer, que es bastante mayor y -dice él-, que tiene algunos problemas y que de vez en cuando se desorienta.

Todo podría resumirse en que nunca debes fiarte de nadie que viva aislado en el estado de Texas.

No es ningún secreto que en un slasher hay una Final Girl.

Sorprende la dirección y la música, aunque el guion lo reconozcamos en muchos largometrajes.

Un homenaje hecho con cariño, sin las tonterías de la nueva Matanza de Texas. Aquí se respetan las normas del género.

Parece que se grabó, justo después de esta, pero en secreto, una precuela, titulada Pearl, que nos va a hablar de la vida de la villana en “X”.