Sin duda es la historia de Yellostone que más me ha costado terminar de ver y no por mala, sino por descarnada, dura, violenta, sucia y complicada. Tuve que dejarla reposar al terminar el quinto episodio –si la veis entenderéis por qué-. La dejé durante semanas porque no estaba preparada para seguir en ese estado de ánimo en el que me vi sumida.

Tienen mucha razón algunas de las críticas de la página y es que es la más parecida a lo que era el Oeste, pero eso no es ninguna sorpresa, puesto que los años coinciden con el auge de ese estilo de vida.

Me gustó mucho, tanto la original, como 1923 porque cada una está sumergida en la época que le toca. 1923 no podría haberse grabado sin meter África, aunque entiendo que a muchos ésta no les gustase o no le vieran su encanto.

1883 sin embargo es salvaje, bella, poética –como dice alguien aquí-, triste, pero a la vez emocionante. Es contar el principio de todo, el descubrimiento de nuevas tierras, en lugares inhóspitos, indomables, nunca vistos –excepto para los que ya viven allí-, y todo esto la hace hermosa.

Los personajes son más sucios, más feos –excepto su bella protagonista, la que nos va a narrar todas las aventuras, que ve con los ojos de una adolescente que nunca ha vivido nada y ahora ve el mundo casi por primera vez-. Es tan libre –gracias a ese padre que supongo sería difícil de encontrar por aquellos años turbulentos y machistas-, que duele. Por eso en el quinto tuve que darme un respiro, porque fue inesperado. Pero después todo sigue y ella logra avanzar y vivir y mirarlo todo con esos ojos que solo tienen curiosidad por el mundo nuevo que se alza ante ella.

La destaco a ella, a Isabel Mayo, como la gran protagonista, pero todos hacen un trabajo excepcional.

Taylor Sheridan logra su serie más desgarradora. Bien ambientada –como en todas las demás- y con una música que emociona –como siempre-, consigue ser un verdadero creador de ficciones que te llegan al alma. Con las que puedes reír, enfadarte o llorar.

Aviso a navegantes: yo no la empezaría si estás en un momento delicado, por lo demás, es una auténtica obra maestra.

Va por ti, Relámpago de Pelo Amarillo y por esa relación tan increíble entre padre e hija.

Alguien ha escrito que está mal dirigida, opino totalmente lo contrario, sin duda tiene una dirección magistral, con ambiente impresionante y una BSO que pone la piel de gallina.