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España España · Valladolid
Voto de Teresa:
10
Drama. Thriller Un joven hastiado de su gris y monótona vida lucha contra el insomnio. En un viaje en avión conoce a un carismático vendedor de jabón que sostiene una teoría muy particular: el perfeccionismo es cosa de gentes débiles; sólo la autodestrucción hace que la vida merezca la pena. Ambos deciden entonces fundar un club secreto de lucha, donde poder descargar sus frustaciones y su ira, que tendrá un éxito arrollador. (FILMAFFINITY)
17 de diciembre de 2020
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sé que hay un montón de críticas sobre El Club de la Lucha, pero en estas fechas siempre me siento identificada con el protagonista. Tengo insomnio, a veces tanto que he pasado por el trance de no saber si estoy dormida o despierta, de sentirme tan perdida y con tanta rabia que desearía pelearme voluntariamente con medio mundo, vamos, que me encantaría fundar un Club de la Lucha. Su frase más conocida y recordada es la de «tenemos trabajos que odiamos para comprar cosas que no necesitamos», pero yo añado el sentir que nadie escucha lo que dices. Esta semana he pensado que hablaba para los demás en Arameo, porque yo decía algo y a mi alrededor se interpreta como les da la gana y al final, por no hacer sentir mal a los que quieres, haces lo que te piden, aunque no hayan escuchado absolutamente nada de tus deseos. Es parte del ser humano, manipular y ser manipulados, hacer sentir culpable a alguien y al revés. El problema es cuando siempre pierdes tú, porque tu conciencia no te permite actuar para ti mismo. Fincher es un verdadero artista de la psicología. Es verdad, elige las novelas adecuadas para lo que quiere decirnos, pero no se puede negar que sabe contarlo. Siempre acompañado de grandes profesionales, no sólo de actores que son indiscutiblemente buenos para cada uno de sus papeles, sino a nivel de fotografía, de banda sonora, maquillaje o vestuario. En este caso no fue Fincher quien eligió, sino que fue él elegido. La productora de la 20th Century Fox tenía en sus manos la novela homónima de Chuck Palahniuk para llevarla a la gran pantalla y de los cuatro directores que tenían en mente se decantaron –con acierto- por el rey del thriller psicológico. Aunque en un principio el guion es de Jim Uhls, Fincher desarrolló parte del mismo.

Los protagonistas son Edward Norton, como un tipo normal, intentando cumplir todas las expectativas que la sociedad nos fija como normas que no se pueden incumplir, so pena de que todo el mundo te juzgue como un panoli, un inútil, un vago o mil adjetivos más y pocos –seamos sinceros- buenos. Norton, esa persona que somos la mayoría y que ni siquiera tiene nombre ¡qué no tiene nombre chavales! Empieza a tener insomnio, su vida es una auténtica pesadilla en la que nunca sabe si está despierto o dormido, así que para sobrellevar esa mierda decide apuntarse a todas las sesiones de anónimos que encuentra a su paso. Pero en todas está Marla (Helena Bonham Carter), otra incomprendida pirada que hace exactamente lo mismo que él. Después de meterse en líos, el «sin nombre» tiene que viajar en avión. Allí conoce a Tyler Durden (Brad Pitt), que es su antítesis en todo. Guapo, carismático, vive para él, consigue lo que quiere (aunque requiera robarlo), un tío con cojones que vive a su manera. Pronto los dos se harán inseparables y fundarán el Club, sólo para hombres que necesiten evadirse de su horrible vida. Y pronto también no podrán evitar a Marla, que se convertirá en un grano en el culo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Teresa
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