FA
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Voto de Teresa:
8
6,8
17.281
Thriller. Drama
Verano de 1978. Ignacio Cañas (Marcos Ruiz) es un estudiante de 17 años introvertido y algo inadaptado que vive en Girona. Al conocer al Zarco (Chechu Salgado) y a Tere (Begoña Vargas), dos jóvenes delincuentes del barrio chino de la ciudad, se ve inmerso en una carrera imparable de hurtos, robos y atracos. Es la historia en la que Nacho se hace mayor, cruzando la línea que hay entre el bien y el mal, entre la justicia y la ... [+]
29 de noviembre de 2021
18 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
No podía esperar menos del director de Celda 211 que habré visto unas cinco veces y no me cansa. Daniel Monzón, ganador de un Goya al mejor director en 2010 nos adentra ahora justo en el momento en el que en nuestro país se atisbaba libertad. Las Leyes de la Frontera, basada en una novela del mismo nombre de Javier Cercas nos lleva directamente a 1978. En la tele que siempre tienen puesta podemos ver hasta entrevistas con Mercedes Milá; mucho blanco y negro todavía, que nos hace meditar sobre si fue una transición tan colorida como nos la pintaban a nosotros en el instituto.
Protagonizada por tres grandes actores, no muy conocidos todavía, pero que te enganchan desde el primer minuto. Ese trío con Marcos Ruiz (El Nudo), Begoña Vargas (La Otra Mirada; Alta Mar) y Chechu Salgado (Fariña; La Caza), que terminarán siendo buenos amigos, convirtiendo una historia quinqui en algo mucho más profundo.
Protagonizada por tres grandes actores, no muy conocidos todavía, pero que te enganchan desde el primer minuto. Ese trío con Marcos Ruiz (El Nudo), Begoña Vargas (La Otra Mirada; Alta Mar) y Chechu Salgado (Fariña; La Caza), que terminarán siendo buenos amigos, convirtiendo una historia quinqui en algo mucho más profundo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Sí, el filme parece que trata de una banda de poca monta que empieza vendiendo pastillas para terminar robando bancos, pero es mucho más. El bien y el mal están mal diferenciados. Los tres hacen daño a mucha gente, pero a la vez, en cierta manera, salvan a Ignacio (gafitas), que siempre está acosado por sus compañeros de clase, hasta el punto de darle una paliza o que tenga que salir corriendo para que no le peguen más. Pero cuando conoce en los recreativos a La Tere y al Zarco, su vida cambia. Es imposible no enamorarse de La Tere y es que casi inevitable no verte arrastrado por el Zarco. Gafitas termina teniendo, por un tiempo, una familia que no ha elegido. Mucha más seguridad en sí mismo, aunque la cosa se le va bastante de las manos, sobre todo cuando empiezan a utilizar armas para los robos.
Llama la atención que el Zarco sea consciente de que Gafitas puede tener todavía un futuro y que él sí tiene muchas cosas que perder con la vida que está empezando a llevar. Y aunque el final de todo sea amistoso y estemos antes una gran cinta, no podemos defender la violencia de ningún tipo, aunque me alegro de la segunda oportunidad a Gafitas.
Conclusión: desgraciadamente algunas personas pueden tener otra oportunidad para cambiar su futuro, pero otros muchos se quedarán por el camino. La pobreza es un lastre en cualquier sociedad (y hablo de pobreza tanto económica como cultural).
Al final nos queda un sabor agridulce.
Lo peor es que los últimos veinte minutos se hacen un pelín largos y seguro que nos podían haber ahorrado algunas escenas. Por lo demás, muy bien, mejor de lo que esperaba. Daniel Monzón es un gran director español. Y no siempre es bueno elegir actores a los que vemos en todas partes de forma machacona. Me ha gustado mucho no conocerlos apenas.
Llama la atención que el Zarco sea consciente de que Gafitas puede tener todavía un futuro y que él sí tiene muchas cosas que perder con la vida que está empezando a llevar. Y aunque el final de todo sea amistoso y estemos antes una gran cinta, no podemos defender la violencia de ningún tipo, aunque me alegro de la segunda oportunidad a Gafitas.
Conclusión: desgraciadamente algunas personas pueden tener otra oportunidad para cambiar su futuro, pero otros muchos se quedarán por el camino. La pobreza es un lastre en cualquier sociedad (y hablo de pobreza tanto económica como cultural).
Al final nos queda un sabor agridulce.
Lo peor es que los últimos veinte minutos se hacen un pelín largos y seguro que nos podían haber ahorrado algunas escenas. Por lo demás, muy bien, mejor de lo que esperaba. Daniel Monzón es un gran director español. Y no siempre es bueno elegir actores a los que vemos en todas partes de forma machacona. Me ha gustado mucho no conocerlos apenas.