FA
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Voto de Teresa:
7
5,6
21.794
Intriga. Fantástico. Thriller. Drama
Durante unas vacaciones en un paraíso tropical, una familia empieza a percibir que en la recóndita playa elegida para relajarse unas horas suceden algunas anomalías temporales...
9 de agosto de 2021
38 de 48 usuarios han encontrado esta crítica útil
No tenía pensado escribir tan pronto una crítica de Tiempo, pero veo que Shyamalan sigue dividiendo al público. La fui a ver al cine casi el mismo día de su estreno, pero tuve la mala suerte de coincidir con unos chicos que molestaron al resto de los que estábamos allí intentando escuchar algo y meternos en la piel y en el mundo psicológicamente aterrador al que nos somete el director. Tenía intención de volver a verla, pero me arriesgo a hacer unos «apuntes», algunos ya comentados por otros compañeros.
Tiempo no es terror al uso, pero es que Shyamalan no hace terror cotidiano, de hecho necesitaría tener su propio subgénero para que nadie se lleve a engaño. Esta vez basa su guion en una historia de Pierre Oscar Levy y Frederik Peeters, Sanscastle, por lo que no es un original suyo. No vamos a ver El Sexto Sentido, El Bosque o La Visita (genial, por otra parte, incluso me atrevo a decir que de las mejores y más divertidas y a la vez aterradoras de su filmografía), pero sigue en su línea. El manejo de la cámara es impecable a todos los niveles. La banda sonora es la esperable en este director, aunque la escuchamos poco porque mantiene la tensión con largos silencios mientras ocurre algo. Las conversaciones que tienen los protagonistas no están mal, como he leído por aquí. Vamos a ver, tu cuerpo y tu mente están envejeciendo y evolucionando a un ritmo trepidante. En algún momento uno de los jóvenes dice que ahora sus ideas van más rápido y que pasa de una a otra sin darse cuenta. Si en un día tu cuerpo y sobre todo tu cerebro están envejeciendo es normal que las conversaciones sean rápidas, ágiles, sin sentido en muchas ocasiones. Es que no da tiempo a pensar con claridad y creo que eso es lo más interesante. Hace que reflexiones sobre qué pasaría si te ocurriese a ti.
Tiempo no es terror al uso, pero es que Shyamalan no hace terror cotidiano, de hecho necesitaría tener su propio subgénero para que nadie se lleve a engaño. Esta vez basa su guion en una historia de Pierre Oscar Levy y Frederik Peeters, Sanscastle, por lo que no es un original suyo. No vamos a ver El Sexto Sentido, El Bosque o La Visita (genial, por otra parte, incluso me atrevo a decir que de las mejores y más divertidas y a la vez aterradoras de su filmografía), pero sigue en su línea. El manejo de la cámara es impecable a todos los niveles. La banda sonora es la esperable en este director, aunque la escuchamos poco porque mantiene la tensión con largos silencios mientras ocurre algo. Las conversaciones que tienen los protagonistas no están mal, como he leído por aquí. Vamos a ver, tu cuerpo y tu mente están envejeciendo y evolucionando a un ritmo trepidante. En algún momento uno de los jóvenes dice que ahora sus ideas van más rápido y que pasa de una a otra sin darse cuenta. Si en un día tu cuerpo y sobre todo tu cerebro están envejeciendo es normal que las conversaciones sean rápidas, ágiles, sin sentido en muchas ocasiones. Es que no da tiempo a pensar con claridad y creo que eso es lo más interesante. Hace que reflexiones sobre qué pasaría si te ocurriese a ti.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Los protagonistas Guy (Gael García) y Pisca (Vicky Krieps) se dirigen con sus hijos a un resort para pasar unos días relajados. Allí se unirán a un grupo de personas a los que irán conociendo durante el primer día. Entre otros, un doctor (Rufus Sewell) con una mujer joven y bella (Abbey Lee Kershaw), con problemas para asimilar el calcio y su hija, Kara o un matrimonio en el que ella sufre ataques epilépticos muy a menudo. Todos terminan en una pequeña playa, en un principio preciosa y ocupada por otras personas. Pronto comienzan a ocurrir cosas espeluznantes, como encontrar el cadáver de uno de los protagonistas sin saber lo que ha pasado. Pero ahí no va a quedar el susto y es que la isla les va a ir dando disgustos prácticamente minuto a minuto cuando todos se den cuenta que están envejeciendo demasiado rápido aunque algunos se curan al momento de rasguños, heridas o cosas así.
En general Shyamalan permanece durante todo el metraje elegante, pero sí se muestra –como dice una compañera- desagradable con Chrystal en sus minutos agónicos y finales.
Comentan que es imposible que el niño, de adulto, Alex Wolff, pueda pensar en un baile que nunca ha vivido, pero es que no es tan crío cuando llega a la isla. Es decir, los niños con 5 y 6 años van a clase, tienen amigos, celebran cumpleaños, no tienen claro lo que es tener una pareja, obviamente, pero saben que existe. Los niños a cierta edad ya ven películas y ven a sus padres. Cuando se convierten en adolescentes y luego en adultos de forma tan abrupta es normal todo lo que pasa (e impagable la cara de los padres con el resultado). No creo que eso esté fuera de lugar. Tampoco que uno de los protagonistas vaya a evolucionar con una enfermedad mental (infiero que era casi imposible saber lo que iba a ocurrir con eso).
En general me ha resultado fascinante, como casi todo lo que hace Shyamalan, pero sí me ha dado pena el desperdicio del personaje de Eliza Scanlen, aquí Kara, la hija de Chrystal y que personalmente me maravilló como actriz en Heridas Abiertas.
Shyamalan se hace sus propios guiños, como siempre, y habla de no tener otro «Incidente» -que a mí me gustó-, o la falta de calcio y la escena demoledora que puede ser un guiño a la enfermedad de los huesos de cristal de Samuel L. Jackson en El Protegido. Lo que tengo claro es que si no te gusta este director es mejor no ver nada de él, porque no te va a gustar en ninguna de sus facetas. Tiene una visión de la vida bastante peculiar, un humor negro innegable que introduce siempre que puede y que no es para todos los públicos.
En general Shyamalan permanece durante todo el metraje elegante, pero sí se muestra –como dice una compañera- desagradable con Chrystal en sus minutos agónicos y finales.
Comentan que es imposible que el niño, de adulto, Alex Wolff, pueda pensar en un baile que nunca ha vivido, pero es que no es tan crío cuando llega a la isla. Es decir, los niños con 5 y 6 años van a clase, tienen amigos, celebran cumpleaños, no tienen claro lo que es tener una pareja, obviamente, pero saben que existe. Los niños a cierta edad ya ven películas y ven a sus padres. Cuando se convierten en adolescentes y luego en adultos de forma tan abrupta es normal todo lo que pasa (e impagable la cara de los padres con el resultado). No creo que eso esté fuera de lugar. Tampoco que uno de los protagonistas vaya a evolucionar con una enfermedad mental (infiero que era casi imposible saber lo que iba a ocurrir con eso).
En general me ha resultado fascinante, como casi todo lo que hace Shyamalan, pero sí me ha dado pena el desperdicio del personaje de Eliza Scanlen, aquí Kara, la hija de Chrystal y que personalmente me maravilló como actriz en Heridas Abiertas.
Shyamalan se hace sus propios guiños, como siempre, y habla de no tener otro «Incidente» -que a mí me gustó-, o la falta de calcio y la escena demoledora que puede ser un guiño a la enfermedad de los huesos de cristal de Samuel L. Jackson en El Protegido. Lo que tengo claro es que si no te gusta este director es mejor no ver nada de él, porque no te va a gustar en ninguna de sus facetas. Tiene una visión de la vida bastante peculiar, un humor negro innegable que introduce siempre que puede y que no es para todos los públicos.