FA
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Voto de Teresa:
7
5,2
1.072
20 de febrero de 2021
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cada día me gustan más las cintas de terror canadienses. Harpoon, escrita ydirigida por Rob Grant (Alive) y protagonizada por tres carismáticos jóvenes, Munro Chambers (Degrassi) , Emily Tyra (Carne y Hueso) y Christopher Gray, cuenta la historia de estos tres amigos que vivirán una auténtica odisea. Un guion repleto de giros, dudas, celos, tensión, miedo. Llevada de una forma muy dinámica, no deja ni un minuto para el aburrimiento. Todo se sostiene perfectamente y en menos de hora y media tenemos la resolución. Harpoon ganó el premio del público en el Festival de Cine Subterráneo de Calgary. La banda sonora, fantástica, es de Michelle Osis. La fotografía, mezclando el color, con los momentos de historia en blanco y negro es muy acertada, además de las diferentes partituras en cada momento.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Harpoon y el día que se comieron a Richard Parker:
Hace poco veía Contagio en Alta Mar, otro de esos metrajes donde la superstición y el quedarse atrapados en medio del mar presagian una tragedia inevitable.
Jonah (Chambers), un chico normal, tirando a desgraciado, se sube al barco con su mejor amigo, el atractivo y muy rico Richard (Gray) y su novia pelirroja, Sasha (Tyra). Sasha y Jonah le regalan un arpón a Richard y mientras Jonah pesca un atún y lo mata de manera horrible a base de golpes, Richard mirando el arpón le pregunta a Sasha por unos mensajes que ha visto entre ella y Jonah. Richard, sospechando que hay algo entre los dos decide ir directo a por Jonah y le amenaza con el arpón. Sasha golpea con una botella a Richard, y así empieza el drama. Richard termina en medio del océano, pero antes, le ha hecho un boquete en la mano a Jonah con el arpón (o fusil, según dicen) y temiendo que su novia y su amigo le intenten matar les pide que tiren todo lo que pueda ser un arma por la borda para que él pueda volver a subir a su barco. Entre las cosas que lanzan hay objetos que da mala suerte tirar al agua dentro de una embarcación (las supersticiones serán parte de la comedia en esta loca película). Mientras Richard vuelve, Jonah trama algo abajo. Total, que vuelven a estar los tres en el barco. Cuando Richard decide volver a tierra se da cuenta de que el barco no arranca, nada funciona y no tienen comida; tampoco agua dulce, como descubren unos minutos más adelante... La primera noche es de pura desesperación. Los gritos de Jonah son agobiantes para sus compañeros (la herida se le ha infectado y le sube por el brazo) y Richard cada vez está más violento. Mientras esto sucede, los tres mantienen conversaciones, pensando que van a morir, sobre quién folla mejor de los dos, quién es más agresivo o más vainilla o quién mató a la ex amante de Richard -que se había quedado embarazada y que quería tener el bebé sólo para sacarle dinero al chico de oro- (sí, sí, iremos descubriendo más detalles sobre todos, no creáis que os cuento todo).
Entre estos relatos y ante la desesperación del hambre y la sed, Sasha cuenta la historia de Richard Parker. Primero, la ficticia:
La primera vez que se comieron a Richard Parker fue en 1838, en una historia del famoso Edgar Allan Poe, donde relata las aventuras de Arthur Gordon Pyme. Parece que al poco tiempo de iniciarse el viaje hubo un motín a bordo. Quedaron cuatro supervivientes, entre ellos, un grumete llamado Richard Parker. Ante la falta de comida y de bebida consiguen pescar una tortuga, la matan, se beben su sangre y se la comen. Pero no es suficiente y no encuentran más alimento ni bebida, así que deciden que uno se sacrifique por los demás. La mala suerte hizo que le tocase al joven grumete.
Ahora, la historia real, bastante parecida: en 1884 La Mignonette sale de Southamton rumbo a Australia. Entre los tripulantes tenemos a un grumete llamado... ¡sí, Richard Parker! En este caso es una tormenta lo que les sorprende, pero las consecuencias fueron las mismas. En el caso real hubo, incluso, dos juicios.
Mientras, entre risas (las nuestras), vemos como Richard se pone a tirar piedras a las gaviotas… (no toques las gaviotas en el mar, lo sabemos de El Faro, y tirar piedras al mar parece ser que también da mala suerte). Al final le da a una, la abren y se beben su sangre. Por supuesto los tres ya saben que no será suficiente.
El desenlace es una auténtica locura. Después de hacerte una idea de cómo son todos y de tener tus sospechas, el final te deja con la boca abierta. El guion es una tela de araña y no te puedes fiar de ninguno, ni de lo que pasará o contarán al segundo siguiente.
Muy recomendable; un poco gore, bastante violenta, pero merece la pena. Aquí se demuestra que el cine, para ser bueno, no hace falta que dure dos horas o tres, ni que haya unos efectos especiales de la leche. Y un consejo, antes de ponerle nombre a tu hijo, investiga su historia…
Hace poco veía Contagio en Alta Mar, otro de esos metrajes donde la superstición y el quedarse atrapados en medio del mar presagian una tragedia inevitable.
Jonah (Chambers), un chico normal, tirando a desgraciado, se sube al barco con su mejor amigo, el atractivo y muy rico Richard (Gray) y su novia pelirroja, Sasha (Tyra). Sasha y Jonah le regalan un arpón a Richard y mientras Jonah pesca un atún y lo mata de manera horrible a base de golpes, Richard mirando el arpón le pregunta a Sasha por unos mensajes que ha visto entre ella y Jonah. Richard, sospechando que hay algo entre los dos decide ir directo a por Jonah y le amenaza con el arpón. Sasha golpea con una botella a Richard, y así empieza el drama. Richard termina en medio del océano, pero antes, le ha hecho un boquete en la mano a Jonah con el arpón (o fusil, según dicen) y temiendo que su novia y su amigo le intenten matar les pide que tiren todo lo que pueda ser un arma por la borda para que él pueda volver a subir a su barco. Entre las cosas que lanzan hay objetos que da mala suerte tirar al agua dentro de una embarcación (las supersticiones serán parte de la comedia en esta loca película). Mientras Richard vuelve, Jonah trama algo abajo. Total, que vuelven a estar los tres en el barco. Cuando Richard decide volver a tierra se da cuenta de que el barco no arranca, nada funciona y no tienen comida; tampoco agua dulce, como descubren unos minutos más adelante... La primera noche es de pura desesperación. Los gritos de Jonah son agobiantes para sus compañeros (la herida se le ha infectado y le sube por el brazo) y Richard cada vez está más violento. Mientras esto sucede, los tres mantienen conversaciones, pensando que van a morir, sobre quién folla mejor de los dos, quién es más agresivo o más vainilla o quién mató a la ex amante de Richard -que se había quedado embarazada y que quería tener el bebé sólo para sacarle dinero al chico de oro- (sí, sí, iremos descubriendo más detalles sobre todos, no creáis que os cuento todo).
Entre estos relatos y ante la desesperación del hambre y la sed, Sasha cuenta la historia de Richard Parker. Primero, la ficticia:
La primera vez que se comieron a Richard Parker fue en 1838, en una historia del famoso Edgar Allan Poe, donde relata las aventuras de Arthur Gordon Pyme. Parece que al poco tiempo de iniciarse el viaje hubo un motín a bordo. Quedaron cuatro supervivientes, entre ellos, un grumete llamado Richard Parker. Ante la falta de comida y de bebida consiguen pescar una tortuga, la matan, se beben su sangre y se la comen. Pero no es suficiente y no encuentran más alimento ni bebida, así que deciden que uno se sacrifique por los demás. La mala suerte hizo que le tocase al joven grumete.
Ahora, la historia real, bastante parecida: en 1884 La Mignonette sale de Southamton rumbo a Australia. Entre los tripulantes tenemos a un grumete llamado... ¡sí, Richard Parker! En este caso es una tormenta lo que les sorprende, pero las consecuencias fueron las mismas. En el caso real hubo, incluso, dos juicios.
Mientras, entre risas (las nuestras), vemos como Richard se pone a tirar piedras a las gaviotas… (no toques las gaviotas en el mar, lo sabemos de El Faro, y tirar piedras al mar parece ser que también da mala suerte). Al final le da a una, la abren y se beben su sangre. Por supuesto los tres ya saben que no será suficiente.
El desenlace es una auténtica locura. Después de hacerte una idea de cómo son todos y de tener tus sospechas, el final te deja con la boca abierta. El guion es una tela de araña y no te puedes fiar de ninguno, ni de lo que pasará o contarán al segundo siguiente.
Muy recomendable; un poco gore, bastante violenta, pero merece la pena. Aquí se demuestra que el cine, para ser bueno, no hace falta que dure dos horas o tres, ni que haya unos efectos especiales de la leche. Y un consejo, antes de ponerle nombre a tu hijo, investiga su historia…